martes, 10 de enero de 2017

Futuro y Socialismo



Omar Gómez
Siguiendo con el tema del optimismo y la confianza como características de la izquierda, es necesario profundizar en el tema del tiempo y la ahistoricidad del Capitalismo. Vivimos en un sistema en el que es importante desconectarnos tanto de nuestra historia como de nuestro devenir. Es necesario ocultar que las contradicciones y luchas de clases que se libran en la actualidad son las mismas de los tiempos de la Independencia, son las que fueron develadas cuando la Guerra Federal, y son las mismas de los 60. Pero también tiene nexos con las luchas de los esclavos y cimarrones que batallaron por la Libertad.

Además de estar conectadas con esas luchas en el tiempo, también lo están en el espacio. Eso lo comprendieron Bolívar y San Martín, cuando le dieron a la lucha independentista un carácter internacional. Mucho antes de que se proclamara el internacionalismo proletario y que tanto Lenín como Trotzky lo hicieran parte de sus programas, ya nuestros próceres lo ponían en marcha en Nuestra América.

La lucha contra la esclavitud, contra el colonialismo, por las tierras y por la libertad, han estado presente y lo siguen estando en la actualidad. Son el hilo conductor de lo que llamaba Marx "La Lucha de Clases". Sobre esa base, y entendiendo la profunda desigualdad a que nos lleva el Capitalismo, es que nos esforzamos en construir un futuro diferente, sin injusticias ni desigualdades, con libertad y trabajo para todos. Es lo que llamamos Socialismo. Es el modelo que soñamos y por el que trabajamos para ir construyéndolo, a corto, mediano y largo plazo, porque estamos conscientes de que el Socialismo no es producto de la inmediatez ni se hace de la noche a la mañana. Eso nos diferencia del Capitalismo, saber que la construcción de esa sociedad sin clases, igualitaria y libertaria es una tarea a largo plazo, que requiere saber de dónde venimos y que necesita que planifiquemos, que estudiemos y que trabajemos.

Por el contrario, el Capitalismo busca destruir la Historia, el Futuro, la Confianza y la Esperanza. Un ejemplo sobre cómo concibe el Capitalismo la Historia lo tenemos en las viejas series de "Los Picapiedra" y "Los Supersónicos". Allí nos dicen que la Historia desde la antigûedad hasta el futuro es estática, un cambio a lo largo del tiempo de nombres, accesorios o vestuarios, pero con las mismas desigualdades e injusticias que parecen eternas.

Por eso el Capitalismo se esfuerza en inundarnos de mercancías, modas y necesidades ficticias que impidan que veamos más allá de ellas. Nos llenan también de muchas noticias y datos vagos, intrascendentes, reforzando siempre el aquí y el ahora, promoviendo el aislacionismo, el individualismo, el localismo y a veces hasta el patrioterismo. Por eso, el asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa tiene el mismo tratamiento noticioso que un concurso de belleza. Pero se dice además que es un problema de una gente allá en una partecita de México, por lo que no tiene nada que ver con los asesinatos de campesinos en Colombia o con los ajusticiamientos de Mapuches en Chile. Tampoco tiene que ver con las injusticias, con las desigualdades y con la pobreza en el mundo. Pero como hecho aislado y atemporal, nada tendrá que ver con el Sr. Peña Nieto, quien luego es protagonista de noticias de farándula que, al ser más actuales, ocultan la masacre de Ayotzinapa. Así es que funciona el Capitalismo en esas dos dimensiones, en el localismo y en la ahistoricidad.

Por eso nuestra tarea como revolucionarios es trabajar por el Legado de nuestro Comandante Chávez, quien rescató nuestra historia y nuestros genuinos valores de solidaridad, justicia y libertad. Pero además nos dio la esperanza y la confianza de trabajar por el Socialismo, con el amor como método y con la verdad como estrategia.

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