miércoles, 26 de marzo de 2014

La nueva esclavitud

Omar Gómez

Hace 160 años, cuando un decreto presidencial pretendió abolir la esclavitud, comenzaba una nueva etapa hacia la igualdad de todos los venezolanos. La Independencia de la República, la abolición de la esclavitud y luego la Revolución Federal, dieron esperanzas a nuestro pueblo de libertad y de justicia. Sin embargo ese camino siempre fue arrebatado por las oligarquías que, valiéndose de su poder, han logrado mantener oprimidos durante años a los pobres.
Los recién liberados esclavos, desde 1854 pasaron a ser peones y obreros, una categoría a veces más dura que la del esclavo, pues este último tenía garantizados el alojamiento y la vivienda a diferencia de los peones y obreros. Pasaron muchos años para que llegara el famoso goteo petrolero, esa tesis según la cual de la explotación petrolera, las migajas llegaban al pueblo venezolano, dando ese goteo mejores condiciones de vida a los venezolanos, pero sin mejorar sustancialmente sus condiciones de vida.

Con el triunfo de la Revolución Bolivariana, de una pobreza tan grande, de un analfabetismo vergonzoso y de una tan precaria salud, pasamos a tener unos indicadores de calidad de vida envidiables, expresados en salud, educación, vivienda y alimentación. No es casual que las principales misiones de nuestra Revolución sean precisamente en estas áreas (Barrio Adentro, Misión Róbinson, Ribas y Sucre, Vivienda Venezuela y Alimentación).

Podemos afirmar, de manera enfática que hoy, después de 160 años hemos avanzado sustancialmente en la verdadera libertad e independencia. Nuestro pueblo está radicalmente mejor hoy que cuando apenas se estaba decretando la liberación de los esclavos. Venezuela exhibe hoy la Independencia y la Soberanía con un orgullo que hiere al Imperio.

Pero nuestra Independencia no es total. Queda una batalla muy importante a nivel de las ideas y en contra de la alienación y la mediatización del pensamiento de muchos que deberían estar a favor de la Revolución, pero que defienden inexplicablemente al imperialismo. Cuando nos adentramos en esa contradicción descubrimos qué tan avanzada está la alienación en un sector importante de nuestra población.

Los sentimientos antipatrios, el odio, la irracionalidad, el racismo, la xenofobia y la incapacidad para razonar han sido inoculados de una manera demasiado peligrosa en un sector de la clase media y media alta de nuestro país. A esto le sumamos la ausencia de una burguesía nacionalista con la cual se pueda dialogar, ya que la actual está entregada de una manera tan grosera y arrastrada al Imperio que lo que hace es reforzar la alienación de la clase media. Ejemplo típico de esto es el caso de la Señora María Corina Machado,  totalmente vendida y entregada al Imperialismo. Esta señora ha llegado al extremo de preferir entregar su investidura de diputada por un cargo al servicio de un país claramente enfrentado al nuestro.

La alienación y la esclavitud mental de estos sectores de clase media y media alta, tienen niveles cercanos al suicidio. Sus guarimbas han sido agresiones contra ellos mismos. Los destrozos realizados al mobiliario urbano y al mismo ambiente los perjudican también a ellos. Pero el extremo llega a niveles superlativos con el incendio del Waraira Repano ocurrido este lunes 24 de marzo el cual no fue accidental, por el contrario, fue producido por una mente retorcida que tal vez intenta convertir nuestro hermoso Parque en una gigantesca barricada. Esa esclavitud mental, esa alienación que sufren, no puede ser abolida como en 1854 mediante un decreto. Mientras estos sectores se alegran de esa quema, gritando burlonamente “apaguen esa candelita”, mientras endulzan y sobornan a tres generales para generar un golpe de estado, mientras sumergen a la ciudad en un caos temporal por la falta de luz, nosotros, seguimos respondiendo estoicamente con la paz, trabajando y estudiando.

Mientras ahora son los ricos los esclavos de su materialismo y de su alienación, los pobres son los que disfrutan de la verdadera Libertad. Somos los trabajadores, los pobres, los asalariados los que disfrutamos de la alegría, de la amistad, del amor, de la paz y de la esperanza que da la construcción de una Gran Patria Socialista.

@omarfgomez

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