Omar Gómez
De cara al IV Congreso del
Partido Socialista Unido de Venezuela, es importante hacer algunas reflexiones
que tienen que ver con un concepto que es vital para la Revolución: la
Democracia Participativa y Protagónica.
Este concepto entra en la escena
política a mediados de los años 80, cuando las duras críticas que se hacían a
la izquierda tradicional buscaban oxígeno en lo ideológico, planteando un
cuestionamiento al autoritarismo, a la verticalidad y a la toma de decisiones
por parte de representantes que se divorciaban de las bases.
Ante el pueblo se pudo
desenmascarar en los 80 la farsa de la Democracia Representativa, en donde
quien salía electo, por ejemplo al Congreso, se constituía de inmediato en
representante de sus electores. La relación entonces entre Representante y
Representado quedaba plasmada en un acto electoral para luego romperse hasta el
siguiente acto electoral. Se concebía como natural que el Representante pensara,
hablara y decidiera por sus representados. Y era natural también, que los
representados no pudieran hacer nada hasta que se dieran nuevas elecciones, en
donde la única alternativa la constituían otros personajes con los mismos intereses.
La Democracia Representativa,
como elemento ideológico permeó a toda la sociedad. Esa dicotomía entre
Representante y Representado, Dirigente y Dirigido, Líder y seguidores, solo
fue enfrentada con posibilidades de éxitos con el triunfo de la Revolución y
con la fuerza que particularmente le dio nuestro Comandante Chávez.
Un impulso fundamental a la
Democracia Participativa lo encontramos en las Leyes del Poder Popular y
particularmente en las Leyes Orgánicas de Comunas y de Consejos Comunales. En
ellas se da rienda suelta a la concreción de la Democracia Participativa a
través de conceptos como "Vocero" y las "Direcciones Colectivas".
Por eso, algunos burócratas que piden reunirse con el Jefe del Consejo Comunal
o con el Coordinador del mismo se enfrentan a colectivos que le increpan el
desconocimiento de esta nueva realidad. Pero el monstruo lo llevamos adentro, y
así vemos que algunos voceros se catalogan como líderes o jefes de sus
respectivos colectivos, contraviniendo todo el avance de la Democracia Participativa.
Para las elecciones de delegados
del IV Congreso del PSUV, se intentó avanzar en un mecanismo democrático para
elegir a los delegados. Se postularían seis candidatos por UBCH para luego
elegir por municipio (o parroquias en el caso de Caracas) aquellos candidatos con el mayor número de
postulaciones, los cuales quedarían como Delegados. Este proceso permitiría obtener
a la mayoría de los Delegados (otros entrarían por mecanismos diferentes,
siendo estos una minoría). Sin embargo, esos monstruos mencionados
anteriormente salieron a flote para manipular logrando que por el ventajismo,
el uso indebido de recursos y las viejas prácticas del puntofijismo, se
pudieran imponer algunos candidatos favoreciendo desde ya tendencias en el seno
del Congreso del PSUV.
No nos llamemos a engaño, la
Democracia Representativa es un elemento ideológico del Capitalismo, del
sistema que queremos derrotar. Ese sistema lo llevamos adentro y lo llevamos en
nuestra práctica también. La única forma
de avanzar es con el estudio, la reflexión, la acción y la crítica colectiva
sobre nuestra práctica. Teoría, práctica y reflexión para avanzar nuevamente en
ese ciclo interminable que nos debe llevar a erradicar al Capitalismo.
El IV Congreso del PSUV debe ser
un gran generador de propuestas y de ideas para llevar adelante la construcción
del Socialismo y el Estado Comunal.
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