jueves, 23 de julio de 2015

Sobre la Represión

Omar Gómez
@omarfgomez

 Quienes vivieron la lucha política, en los años 70, saben que la seguridad era primordial debido a la represión, los asesinatos políticos y las infiltraciones que ponían en riesgo la integridad de los militantes. Era muy frecuente ver cómo caían compañeros que, luego de ser detenidos, eran salvajemente torturados, quedando algunos de ellos mutilados o lesionados de por vida, esto cuando corrían con la suerte de no aparecer "suicidados". Producto de eso, quienes vivieron esa violencia y represión quedaron marcados con el tema de la disciplina, la puntualidad y la desconfianza, pues la izquierda estaba llena de gente de saltaba la talanquera y comenzaban a delatar a los revolucionarios. Todos saben que la "Inteligencia" de los gobiernos adecos y copeyanos se basó principalmente en las delaciones y las torturas. Por eso la desconfianza con agrupaciones de izquierda que tenían más delatores y disip que militantes (p.e. Bandera Roja). Era cómico ver cómo se planificaban acciones y cómo a través de contrainformaciones que se le daba a grupos como Bandera Roja se aseguraba que la policía o la Disip no iban a sorprender a los revolucionarios.

Lo importante de estos relatos es mostrar que para el venezolano común la represión, los asesinatos y los desaparecidos eran parte de los obstáculos con los cuales los militantes de izquierda debían lidiar. Es decir, tan común era la represión de esos Gobiernos, que se asumían como parte de de los riesgos de militar en la izquierda.

¡Qué diferencia con el trato que reciben los que hacen oposición en la actualidad! Es innegable el profundo y hasta obsesivo respeto a los derechos humanos, actitud que sólo puede provenir de quienes fueron brutalmente reprimidos. Es nuestra venganza personal, recordando el poema que el Comandante del FSLN, Tomás Borge, le canta a su torturador. Por eso, causa risa cuando salen las "manitas blancas" a quejarse de la violencia y la represión, ignorantes que ni siquiera saben pronunciar con sinceridad esas palabras. Recuerdo la alharaca que montaron cuando un joven fue "secuestrado, torturado y desaparecido" y luego apareció llorando, mientras era tomado del brazo de un Guardia que lo entregaba a su señora madre. El joven lloraba era porque su madre lo iba a regañar.

Dejando al margen esas anécdotas sobre la supuesta represión, hoy vemos con asombro la posición que ha tomado la derecha, quien ha estado exigiendo mano dura contra el hampa y ahora que el Gobierno inicia la Operación Liberación del Pueblo, salen a quejarse. Algunos diarios postrados al Imperialismo y que nada tienen de "nacional" han reseñado la Operación OLP como una "matazón", como una represión contra el pueblo y como una iniciativa rechazada por todos. Nada más falso, sobre todo cuando vemos el inmenso respaldo popular que ha recibido la OLP por responder a un clamor generalizado.

Para los socialistas y revolucionarios, el problema de la delincuencia se debe resolver con especial énfasis en las medidas preventivas, de conciencia ciudadana, de educación y deporte. Sin embargo, en estos enfrentamientos ocurridos por la aplicación de la OLP se ha visto que la lucha no es realmente contra la delincuencia común sino contra los Paracos y las organizaciones o bandas criminales. Es claro que estos responden, por instrucciones de la derecha y de Uribe, a los deseos del Imperialismo por desestabilizar y atentar contra nuestro Gobierno. Los Paracos y las bandas criminales son, junto a la Guerra Económica y las agresiones internacionales, un eslabón más de la larga cadena de agresiones contra nuestra Revolución. Pero, con el pensamiento y el espíritu vivo de nuestro Comandante el pueblo grita: ¡¡ No pasarán !!

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