viernes, 28 de febrero de 2014

Golpe postmoderno

Bernardo Ancidey
A los habitantes de esta parte del mundo el imperio nos tenía acostumbrado a los incruentos madrugonazos pinochetistas para deshacerse de cualquier intento progresista por mejorar nuestras condiciones de vida y ser soberanos. Últimamente, su estrategia aquí y en otros países, cambió a lo que se llama el golpe suave, combinando una agresiva y mentirosa campaña mediática internacional, , el uso de redes sociales para realizar guarimbas, atacar servicios públicos y divulgar internacionalmente videos y fotos trucadas, la presencia de “actores no políticos” incluyendo artistas de Hollywood, cantantes y peloteros, el hackeo de páginas oficiales e ingentes cantidades de armas y dinero para el pago de mercenarios y sobornos a altos funcionarios para que deserten al bando opositor. De esta panoplia de recursos, el único que no es una blanda construcción social, son las armas y municiones de los “paracos” uribistas.
Las estrategia va dirigida a la deslegitimación, creando un clima que facilite el derrumbe del gobierno y de no lograrlo, apelar a la invasión directa, las milicias (léase paracos) y los llamados “contratistas de seguridad”. No faltarán los apoyos de gobiernos vecinos, buscando sacar provecho, sea arrancando un pedazo de territorio o participando en el despojo de los recursos del país víctima.
Llenen los espacios en blanco y veremos claramente dibujada la estrategia sobre Venezuela, antes utilizada en Libia, Siria y Ucrania, en esta versión postmoderna de la agresión imperial.
Estas estrategias se fundamentan en las investigaciones sobre sistemas adaptativos complejos, realizadas desde los años noventa del siglo pasado. Han dedicado grandes recursos para comprender los fenómenos sociales relacionados con el surgimiento y caída de civilizaciones. Su interés se ha centrado en evitar su propia decadencia, visto que todos los que le precedieron terminaron hundiéndose en el fango de la historia. Por eso desarrolla investigaciones donde combina perspectivas desde las ciencias naturales, particularmente biológicas, así como psicológicas y sociológicas, y haciendo uso de poderosos medios computacionales, construye modelos complejos que lo orienten acerca de las formas de frenar cualquier amenaza, por muy incipiente que luzca, como el caso de la CELAC y los gobiernos populares del continente.
Clarificada la estrategia subyacente al presente ataque fascista de debilitamiento a nivel de la conciencia social (aunque la realidad ande por otro lado), se impone orquestar la respuesta para atajarla. Las respuestas tradicionales no se descartan pero son insuficientes y aunque no tenemos la tecnología para desarrollar modelos complejos alternativos, podemos utilizar los propios medios de la globalización para enfrentarlo, recordando que el capitalismo nos provee con las fuerzas que terminarán por desplazarlo. Chávez nos mostró como transformar una red social en instrumento para divulgar sus ideas y mantener la iniciativa política. Este ejemplo debe ser seguido y profundizado, de modo que todos utilicemos estos medios en su contra.
Por otra parte, es necesario debilitar la estrategia imperial, para lo cual hace falta romper sus enlaces y aislar a sus agentes, no dándoles oportunidad para que divulguen mentiras, cerrando el acceso de sus unidades estratégicas, disfrazadas de medios de comunicación internacionales. Sus fuentes de financiamiento deben ser cortadas y expropiados todos los recursos que utilicen en contra nuestra como ya se hizo con unas motos. Hay que investigar y expropiar cuentas bancarias y hasta los bancos que se presten para el financiamiento de los fascistas, quitarles las fincas donde entrenen paramilitares, socializar las empresas cómplices, nacionalizar universidades privadas que sirvan de guaridas y caletas, y tomar cualquier otra medida que conduzca al ahogo financiero de los golpistas. A los alcaldes conspiradores, hay que iniciarles de inmediato los procesos legales para proceder a su remoción y encarcelamiento. Y lo más importante, considerar que la lucha desborda la realidad venezolana, planteándola como un enfrentamiento internacional y global, como ya lo han señalado los amigos de Argentina con su consigna: Si cae Venezuela caemos todos.
Esta lucha debe llegar a los hogares, calles y trabajos de los propios países desde donde se monta la conspiración. En la antigüedad Aníbal lo hizo con Roma y hace unos pocos años los vietnamitas también lo hicieron: para enfrentar con éxito a un imperio, hay que llevarles el conflicto a la puerta de su casa. Apelemos a la solidaridad de nuestros amigos, aliados y a los trabajadores en todo el mundo para que se movilicen en esta segunda guerra de independencia.

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