Omar Gómez
@omarfgomez
Es propicio el
cumpleaños de nuestra amada ciudad de Caracas para reflexionar sobre cómo se ha
ido transformando hasta llegar a ser la importante urbe que es hoy. Caracas
pasó de ser la ciudad de los techos rojos, para transformarse, a partir del
Gobierno Pérezjimenista, en una ciudad de autopistas y modernos edificios.
Desde el año 1954, Caracas empezó a ser asociada en el pensamiento del
ciudadano cosmopolita por dos elementos importantes: el Ávila y las Torres del
Silencio. Así como cuando pensamos en París se nos viene a la mente la Torre
Eiffel, o en Londres el Big Ben, con Caracas, durante más de 20 años tuvimos un
símbolo que fueron las Torres del Silencio.
Hoy, ese símbolo se
ha sustituido por Parque Central. Son alrededor de cuarenta años que ese complejo
tiene en la ciudad convirtiéndose en el ícono por excelencia de la ciudad
Capital.
Parque Central es
un conjunto habitacional, comercial, cultural, educativo, deportivo, recreacional y de servicios, con características
históricas y sociales que definen de manera específica la identidad del
caraqueño de los tiempos modernos. El conjunto no está conformado sólo por
edificios, sino que alberga una gran diversidad de museos (Museo de Arte
Contemporáneo, Museo de los Niños…), parques (Los Caobos, Jardín Botánico,
Vargas), salas de teatro y de cine, salas de reuniones, la sala plenaria,
Instituciones de Gobierno, Comercios el Teresa Carreño, UNEARTE, etc, dándole a Parque Central la categoría de ser el centro
cultural, social y recreacional más importante de Latinoamérica.
Sin embargo, la
importancia de Parque Central no la vemos sólo los revolucionarios sino también
la Derecha, que milita activamente y que tiene secuestrado algunos Consejos
Comunales, en donde han logrado imponer un discurso individualista,
segregacionista y de exclusión. Han tratado el tema de la seguridad desde la
óptica del encierro, multiplicando las rejas en el conjunto, secuestrándolo del
disfrute de todos los caraqueños. Han querido sabotear la gestión de
Corpocapital con una Guarimba administrativa, llamando a no pagar el
condominio. Han agredido cruelmente la arquitectura de un patrimonio cultural
de toda la nación. Han fomentado el despilfarro de los recursos intentando
siempre sobornar y corromper a los funcionarios responsables de la
administración del Complejo.
Algunos partidos
políticos comprometidos con la conspiración y los intentos de golpe de estado
han infiltrado militantes en estas organizaciones, robándose la opinión de los
habitantes del complejo y transformando al Vocero del Consejo Comunal en un
Representante.
Nuestro Comandante
Eterno, supo muy bien que la única manera de llegar al Socialismo era
transformando el modelo de Democracia Representativa en una Democracia Participativa.
En el primero, un representante decide por el colectivo. En el segundo, el
vocero consulta, discute y participa constantemente con el colectivo.
La Derecha sabe muy
bien que una de las formas de minar nuestra Revolución es penetrar en las organizaciones
de base y cambiar a los voceros por representantes. Eso se evidencia en las
discusiones en donde estos “Voceros” hablan siempre a título individual,
deciden por ellos y jamás consultan, tan sólo informan a las comunidades y eso en
muy pocos casos.
Por otro lado, la
presencia del partido de los revolucionarios es escasa en Parque Central, lo
que ha hecho que la Derecha y la Conspiración hayan ganado terreno. El Punto Rojo
se ha abandonado y este momento propicio como es el del III Congreso del
Partido ha pasado desapercibido en el sitio tradicional de agitación y
propaganda de Parque Central.
Pero no todo es
negativo. Hay un resurgir de otros Consejos Comunales, de carácter
participativo y de inclusión, comprometidos con los residentes y con una visión
global de la importancia social de Parque Central, ajenos al individualismo y a
las conspiraciones. Es sobre la base de este tipo de organizaciones
democráticas que descansa la esperanza de rescatar a Parque Central y
convertirlo en el eje soñado de la Caracas Revolucionaria, Caracas La Roja, la
Caracas Bonita.