Omar Gómez
El pasado viernes 26 de diciembre, el mundo fue testigo de una nueva jugada en el tablero del despojo global. La entidad sionista de Israel, actuando como punta de lanza de los intereses de Washington, se convirtió en el primer "país" en reconocer a la región de Somalilandia como un supuesto Estado independiente.
Pero no nos engañemos: Somalilandia no es más que una entelequia, un proyecto de laboratorio impulsado por los Estados Unidos que, desde 1991, intenta fracturar la integridad territorial de la República Federal de Somalia. Lo que hoy vemos no es un acto diplomático, es una bofetada a la soberanía africana y una amenaza directa a la paz regional.
¿Qué busca realmente el imperio con esta maniobra?
La receta es vieja y conocida por nosotros en el Sur Global: "Divide y vencerás". La política de EE. UU. en África no es de desarrollo, sino de "balcanización". El imperio necesita naciones débiles, divididas y enfrentadas para poder saquear sus recursos con total impunidad. Ya lo hicieron con la dolorosa partición de Sudán y lo intentan constantemente mediante la intervención en Nigeria, Etiopía, Eritrea y el corazón de África.
En este escenario, Israel no actúa por iniciativa propia; cumple un "mandado" de su amo del norte. Pero es un mandado que le sirve para sus propios fines macabros. La entidad sionista está desesperada por castigar la valentía y solidaridad del pueblo de Yemen, que se ha plantado con dignidad contra el genocidio en Palestina. Yemen se ha convertido en la "piedrita en el zapato" del sionismo, bloqueando las rutas de la muerte en el Mar Rojo.
El control del mar: El botín de los opresores
Somalilandia tiene una ubicación envidiable: bordea el Golfo de Adén, la puerta de entrada al Mar Rojo y la llave que conecta los mercados de Asia con Europa. Controlar esta costa no es solo un tema comercial; es una estrategia de guerra. Al establecerse allí, el imperio y su satélite sionista buscan montar una base de operaciones para agredir militarmente a Yemen y asegurar el flujo de petróleo y mercancías bajo su bota.
Pero la ambición no se detiene allí. Mientras atacan a Catar para ganar posiciones en el Golfo Pérsico y asediar a Irán, el imperio demuestra que ya ni siquiera confía en sus viejos socios de la Unión Europea. Hoy, Washington prefiere jugar a la guerra de la mano del sionismo, desatando la violencia desde el Caribe hasta el África, mientras sueñan con el utópico y expansivo "Gran Israel".
Venezuela: Faro de Dignidad y Diplomacia Bolivariana
Frente a este atropello, la República Bolivariana de Venezuela no se ha quedado callada. Con la frente en alto y la Constitución en la mano, nuestro Gobierno emitió un comunicado contundente denunciando las pretensiones sionistas y ratificando el reconocimiento a la unidad de la República Federal de Somalia.
Esta es la esencia de nuestra Diplomacia Bolivariana de Paz: principios innegociables de autodeterminación, respeto a la soberanía y denuncia firme contra cualquier forma de colonialismo. Como hijos e hijas de Bolívar, sabemos que la libertad de un pueblo es la libertad de todos. No aceptamos que se sigan despedazando naciones para alimentar la voracidad de unos pocos.
Desde la tierra de Chávez y Bolívar, seguimos alzando la voz. No podrán detener la marcha de la historia hacia un mundo multicéntrico y pluripolar. Un mundo donde los pueblos sean dueños de su destino, libres de imperios y en paz verdadera.
¡Soberanía o nada!
¡La Patria Grande y el África unida vencerán!
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