lunes, 17 de noviembre de 2025

Revolviendo el río para poder pescar

Omar Gómez

La segunda quincena de noviembre de 2025, empieza de manera muy noticiosa a nivel mundial. En primer lugar, el portaviones más grande del mundo entra en el mar Caribe en una ostentosa demostración de poder con el fin de intimidar, ojalá sea solo eso. En México, las publicitadas protestas de la Generación Z, con todo y la bandera del animé One Piece, irrumpen con fuerza en pleno centro de la capital, atentando contra el palacio de gobierno. Chile entra en un proceso electoral con una izquierda pro-gringa favorita, como la de Boric, que decide como estrategia para obtener votos, colocarse de lado del Imperio y atacar a Venezuela. Esta izquierda se medirá con el ultra derechista Kast. Nada envidiable el futuro cercano allí.

Unas elecciones todavía más peligrosas se dieron en Ecuador, en donde se puso como tema la posibilidad de entregar bases militares a los estadounidenses. Alrededor de 13 millones de ecuatorianos votaron si están de acuerdo con que se elimine la prohibición de establecer bases militares extranjeras o instalaciones extranjeras con propósitos militares en suelo bolivariano. Pobres Bolívar y Sucre, quienes estarán avergonzados con esta conducta tan entreguista, propia de una Sra. Machado. Afortunadamente, esa opción quedó derrotada, sin embargo, queda el mal sabor de haber sido propuesta y de haber recibido un número importante de votos. Petro sigue ocupado con sus problemas internos y su enfrentamiento al gobierno de Trump, mientras que el lacayo gobierno de Trinidad y Tobago anuncia el inicio de ejercicios militares en sus fronteras, en clara coordinación con la llegada del portaviones Gerald Ford.

Este es un escenario de mucha convulsión y muchos fuegos abiertos en la región, tal vez algunos de ellos fabricados con la intención de desviar la atención y facilitar el camino hacia una agresión contra Venezuela.

La operación Lanza del Sur, nombre con el que los EEUU denominan la exagerada movilización de tropas y equipos, entre ellos portaviones, submarinos, aviones y toda clase de armamentos, se inicia como continuación de otros ejercicios militares en el mar Caribe.  Todo esto para supuestamente luchar contra el narcotráfico. Es llamativo que tan gigantesco despliegue militar se use para atacar a unas lanchas de pescadores a los que les dicta la pena de muerte sumaria, sin juicio ni pruebas, pero con el exterminio seguro. Tan desproporcionada relación de fuerzas no deja duda de que el verdadero objetivo es otro. Y es un objetivo negro, tanto como el petróleo de Venezuela.

 La conformación de los Comité Bolivarianos de Base Integral y la numerosa marcha del pasado 15 de noviembre, son la respuesta y la confirmación de la estrategia de movilización permanente que muestra Venezuela como forma de repeler una posible y cada vez más inminente agresión estadounidense.

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