Omar Gómez
Frecuentemente nos encontramos con camaradas, muchas veces
inexpertos, que llegan a presidir una institución sin entender con claridad el
papel que allí deben jugar. En todas las instituciones a las que se llega la
tarea fundamental es enfrentar el capitalismo, derrotar al Estado Burgués y
trabajar por el pueblo. Todo eso se resume en decir que la tarea principal y
hasta única es hacer la Revolución.
Pero resulta que aquí es donde pierden el norte algunos camaradas.
Llegan a la institución porque alguien de confianza lo recomienda o lo designa
en el cargo y a partir de allí empieza a creer que el funcionario anterior no
lo supo hacer, porque era un incapaz y/o porque era un escuálido escondido. Por
esa razón, estos funcionarios impiden que haya continuidad administrativa
porque no pueden seguir con lo que hizo el traidor anterior. A esto se suma el
juicio de los funcionarios bajo su cargo, muchos de ellos de oposición, que
juegan al desprestigio, al divisionismo y a hablar mal de los revolucionarios.
En ese contexto, como la continuidad administrativa es imposible,
empieza un extraño juego en el que el Camarada se hace eco de los ataques (o
por lo menos los ignora) a la Institución y por otro lado comienza una defensa
a ultranza de su gestión. Es decir, empieza a defender la gestión y no a la Institución,
como si la gestión fuese algo personal, y la Institución que depende de la
Revolución fuese algo secundario.
Este problema se da por la falta de formación y de experiencia de
algunos de estos camaradas, los cuales son proclives a que en algún momento
puedan saltar la talanquera al ser ablandados por tantos elogios de la
oposición. Aquí tenemos que recordar lo que siempre decía nuestro Comandante
Chávez: "si la oposición me aplaude, algo estoy haciendo mal".
Para evitar esto, es urgente que el camarada que asume la
institución abra sus ojos y escuche a todos. Cuando llega a la institución lo
primero que debe hacer es reunirse con los trabajadores y con la comunidad,
pero también con las formas de organización que existen tanto en el organismo
como en la comunidad. El Consejo de los Trabajadores, los Consejos Comunales,
la Comuna, los CLAP y las UBCH son las expresiones del Poder Popular a las
cuales se debe el Camarada en primera instancia, porque son las que están
comprometidas con la Revolución, fin último por el que está en el cargo que ha
asumido. Debe diferenciar entre lo que son organizaciones que representan el
viejo Estado que se niega a morir y el nuevo Estado que no termina de nacer.
Si algún funcionario de alguna administración pasada tomó decisiones
erradas, o si estuvo incurso en delitos como la corrupción, es importante que
se haga la denuncia y que sean los organismos de control del propio Estado los
que se hagan cargo. Pero ojo, esto significa que se ataca y denuncia las
prácticas dañinas de estos funcionarios y no de la Institución. Porque es fácil
caer en el juego de la derecha que lisonjea al nuevo encargado mientras denigra
del anterior, sabiendo ellos de manera consciente que en el fondo están atacando
a la Revolución y convirtiendo en tonto útil al Camarada. Este último debe
recordar que, cuando sea cambiado de cargo, le van a hacer exactamente lo mismo
que le hacen a las administraciones anteriores. Seamos revolucionarios y
defendamos a la Revolución en todos los espacios, sin miedo y sin dejarnos
engañar por la derecha.
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