viernes, 27 de enero de 2017

Diálogo para enfrentar la guerra



Omar Gómez
Para resolver la grave crisis originada por quienes quieren derrocar al Gobierno Revolucionario y entregar nuestra Patria a las fauces del Imperialismo, es necesario trabajar en varios frentes, pero uno en particular debe ser asumido con la mayor importancia posible. Es el tema del Diálogo.

En Venezuela se ha roto el diálogo lo que ha permitido que puedan florecer todo tipo de sectarismos, desviaciones ideológicas y hasta enfrentamientos que van a terminar en la violencia. Nuestro Presidente Maduro ha dicho que el diálogo no tiene alternativa, salvo la violencia y ella está descartada. ¿Cómo podemos propiciar el diálogo?

El tema del diálogo tiene que ser bandera de todos los venezolanos, y debe ser ejercido desde abajo, desde las bases e irlo propagando en todos los sentidos. No se trata de que vamos a entablar un diálogo escondiendo que de fondo existe una lucha de clases. El diálogo es entre los trabajadores, los que pertenecemos a una clase social que tiene que trabajar para conseguir su sustento. La otra clase social, la que vive de la explotación y del trabajo de otros, no puede estar en el diálogo. Ellos son el verdadero enemigo. Con ellos solo pueden darse conversaciones en el marco de los Convenios de Ginebra para la regularización de las guerras.

Eso significa que los venezolanos, los trabajadores en general debemos propiciar y promover el diálogo entre todos. Somos más del 90% de los venezolanos los que vivimos de nuestro trabajo, pero el enfrentamiento y la falta de diálogo se da, en ese grupo que a su vez está dividido casi en dos mitades.

Quienes militamos en el PSUV debemos propiciar y ser capaces de dialogar con quienes están en otras organizaciones, por ejemplo, tenemos que conversar con aquellos trabajadores que militan en AD o en Voluntad Popular, y mostrarles por qué estamos del lado de quien defiende a los trabajadores y no del lado de los que los explotan. También tenemos que dialogar con quienes no están en ninguna organización política pero odian al Gobierno, producto de la crisis por la que atravesamos y engañados por el veneno programado de los medios de comunicación.

Una de las estrategias para poder dialogar es no generalizar. No podemos decir que todos los opositores son corruptos, porque todos conocemos gente en la oposición que es seria y honesta. No podemos decir que ningún opositor quiere a la Patria porque a todos nos consta el amor que muchos de ellos tienen por el país. Tenemos que aprender a diferenciar y centrar el debate con mucha inteligencia y con espíritu de unidad.

Otra estrategia, derivada del mismo tema de la generalización, tiene que ver con los estereotipos. Decir que todos los opositores son oligarcas es falso. Conocemos muchos opositores que viven en condiciones de mucha necesidad. También nos dicen que todos los chavistas somos marginales, tierrúos o cerrícolas. Conocemos incluso empresarios o industriales, gente adinerada que apoya genuinamente a la Revolución.  

También generalizamos en la crítica. Los chavistas somos muy duros criticando  pero a veces generalizamos de manera alegre, dañando al Partido y a la Revolución. Escuchamos a muchos "críticos" decir reiteradamente que los militantes del PSUV son corruptos, gobierneros, incapaces y sectarios. ¿Todos somos así? Esas generalizaciones nos hacen mucho daño y no aportan al diálogo.

Para terminar, es necesario reivindicar permanentemente el diálogo como mecanismo para resolver nuestras diferencias. El diálogo implica negociar, reconocer al otro, ceder y esperar que el otro ceda también, escuchar y acercarse en puntos comunes para poder avanzar. El diálogo es entre venezolanos, entre trabajadores, entre quienes sueñan con una Venezuela con libertad, justicia y prosperidad. El diálogo no es con el Imperio, ni con sus agentes tarifados en el país. El diálogo es entre el pueblo trabajador y es nuestra alternativa.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy lindo todo lo que dice.
Pero suena Peronista, en el sentido de proponer el dialogo con una pistola rn la mano.
El comunismo, o llamelo con el pomposo y vacio nombre de "Socialismo del Siglo XXI" no se impone con el dialogo, sino con las armas. Mas alla de lo que digan las oligarquías socialistas, mas allá de lo que saqueen y repartan para comprar voluntades en el pueblo, a la larga la miseria que provocan sr vuelve rn si contra, y caen.