Omar Gómez
El
mes de diciembre es siempre propicio para los balances y para preparar las
estrategias para el próximo año. En medio de una Guerra despiadada contra la
Revolución, podemos afirmar que el balance es inmensamente positivo.
En
primer lugar hemos preservado la Paz. A pesar de todos los intentos, de los
sabotajes, de la incitación a la violencia, a pesar de todo, hemos preservado
la Paz y esa es la máxima victoria del año. Luego de la victoria que tuvo la
oposición el pasado 6 de diciembre de 2015, se diseñó una hoja de ruta que
prometía que en el primer semestre de este año el Presidente Maduro sería
sacado de la Presidencia. Esa hoja de ruta fracasó. Pero también fracasó la
gestión de la derecha en la Asamblea, la cual cuenta en su haber con cuatro
leyes sancionadas, tres de las cuales fueron objetadas por el TSJ, y un
vergonzoso nivel de inasistencias, más de la mitad de las sesiones fueron suspendidas
por falta de quórum, 34 en total.
La
Guerra contra la Revolución se intensificó durante todo el año 2016,
expresándose en: acaparamiento, contrabando, inflación inducida, ataques contra
la moneda, asesinatos selectivos, paramilitarismo, robos de insumos en los
hospitales, sabotajes al tendido eléctrico, sabotajes en la industria
petrolera, permanente campaña de desinformación en los medios privados y redes
sociales, intentos de guarimbas y una
nueva dimensión que contempló el ataque financiero y el sabotaje a las compras
electrónicas.
Todo
esto se utilizó contra el Gobierno Revolucionario durante el año 2016 dentro
del país, pero desde fuera hubo una total coordinación que se expresó en el
sabotaje a los precios petroleros, el ataque de las casas de riesgos, los
precios de los fletes y seguros, el ataque desde las instancias internacionales
y regionales como ha sido el caso del conflicto en el Mercosur, se mantuvo
intacto el decreto de Obama que nos declara una amenaza, el cerco económico a
nuestras operaciones comerciales, y por supuesto la intensa campaña de
descrédito orquestada de manera precisa por los grandes carteles de la
información y por el ataque sistemático desde las redes sociales con la
complicidad de quienes las programan.
En
resumen, resulta increíble que ante este panorama la Revolución siga intacta,
de pie y firme ante el futuro. La explicación tiene que ver con el elevado
nivel de movilización que se ha desarrollado en todo el país, a la gigantesca
fuerza de nuestro partido, el PSUV, que se ha volcado a la calle, a moverse y a
escuchar al pueblo. Nuevas formas de organización, como los CLAPS han irrumpido
en la escena política, creando más organización y más conciencia.
La
renovación de las estructuras del Partido y la conformación de los nuevos
equipos políticos ha traído como consecuencia la activa presencia de la
militancia en asambleas y recorridos de calle, formando y resolviendo, en una
práctica dialéctica que nos dice que hemos reencontrado el rumbo que nos marcó
nuestro Comandante Eterno.
La
nueva campaña comunicacional de la Revolución y del Presidente Maduro ha calado
en el sentimiento popular, elevando los índices de apoyo a la gestión, esto
sumado a las audaces medidas contra la Guerra Económica, como por ejemplo la
salida de circulación de los billetes de 100 Bs junto con el cierre de las
fronteras, nos muestra que estamos en un momento de ofensiva. En el plano
internacional, el Presidente ha tenido una agitada agenda que ha dado como
frutos, por ejemplo, la recuperación de los precios del petróleo así como la firma
de importantes acuerdos estratégicos con China y con Rusia.
Podemos
agregar también que la Oposición ha sido derrotada en varios escenarios: en su
llamado a la violencia, en su hoja de ruta que buscaba sacar al Presidente
Maduro, en su negativa a participar en la Mesa de Diálogo y en su pretensión de
convocar a un Referéndum Revocatorio de manera fraudulenta. Quedaron
profundamente desprestigiados ante quienes representan.
Tenemos
graves problemas por resolver, como el de la inflación, la inseguridad y el
aumento de la producción, sin embargo, estamos saliendo adelante con un ingreso
muy mermado de las divisas. Estamos aprendiendo y lo seguiremos haciendo para
salir de la dependencia de la renta petrolera. Con cada día de paz, nuestra
Revolución se fortalece y se expande. El año 2017 será un año de consolidación
y de avance hacia la irreversibilidad de la Revolución.
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