Omar Gómez
Recientemente,
en una discusión con un personaje de la oposición, la frase lapidaria con la
que se quiso terminar el debate fue esa, cuánto ganas tu. Inmediatamente él
mismo respondió sin dar tiempo a nada, argumentando que su sueldo no llegaba a 20
dólares. Y terminó criticando los nuevos billetes de 500 Bs porque iban a ser
papel muerto, pues qué se puede comprar con ellos. Casualmente, en un evento cultural en una
institución del Estado, el animador preguntaba, a manera de concurso, qué se
compra con 500 Bs. Hasta estuvo bien posicionada como etiqueta el tema de los
billetes. La respuesta generalizada sobre qué se podía comprar era que nada.
Si
los revolucionarios no somos capaces de responder las cosas más sencillas o las
más complejas, de forma que nuestro pueblo tenga los argumentos con los cuales
enfrentar a la derecha, entonces estaremos fracasando en nuestra misión de
formar y concientizar para la Revolución.
En
primer lugar, es una trampa cuando se intenta calcular el sueldo de un
trabajador según el dólar paralelo. Cuánto ganamos de acuerdo a las divisa
estadounidense es una pregunta que debe ser respondida por un equipo de
economistas ya que la respuesta es más compleja de lo que parece, porque todos
los productos y mercancías no son susceptibles de ser calculados con el dólar
paralelo.
Por
ejemplo, hay países en donde un trabajador promedio gana unos 1.500 dólares. Ese
trabajador para llenar un tanque de gasolina de 60 litros gastaría unos 50
dólares, es decir, el 3% de su salario. En Venezuela estaría pagando
(calculando con un dólar paralelo a 3.000 bs) unos 2 centavos de dólar, es
decir, el 0,0013% de su salario. Con los 1.500 dólares, un estadounidense se
puede montar en el metro unas 600 veces, en Caracas puede usar el metro 1.125.000
veces. En los Estados Unidos un trabajador debe pagar alrededor de unos 60
dólares mensuales por la electricidad, es decir, un 4% de su sueldo. En
Venezuela ese trabajador pagaría alrededor de 0,02% de su salario. Si
analizamos los precios de la telefonía, del costo de Internet, de los precios
de la Tv por cable, nos sorprenderíamos con los costos tan altos que paga un
trabajador estadounidense en comparación con uno en Venezuela. Mención aparte tiene
el asunto del agua, por la cual no se paga en nuestro país, sino únicamente por
los gastos de distribución y a unos precios enteramente subsidiados.
Luego
de esto, no podemos decir que nuestro salario se puede calcular de una manera
tan simplista como esta. Conozco de cerca el caso de una persona extranjera cuyos
hijos estudian carreras universitarias en el país, completamente gratis, y
están esperando a que se gradúen para irse a su país de origen, porque "allá
no se puede estudiar". Nuestra educación universitaria ofrece opciones
gratuitas a toda la población, cosa que no vemos en otros países. Otro tanto
tiene que ver con la salud, se de gente que viene al país a hacerse
tratamientos odontológicos, cardíacos y otros, porque en sus países de origen
no pueden.
Tenemos
infinidad de bienes y servicios que son adquiridos con divisas a las tasas Dipro
y Dicom, las cuales, en muchos casos, llegan con esos precios a los
consumidores, por lo que los Bolívares con los que se compran no pueden
compararse con un dólar paralelo.
Con
este análisis lo que se quiere señalar es que no podemos de una manera
simplista decir que nuestro sueldo se debe calcular según el dólar paralelo, ya
que el mismo es mucho más complejo. Cuando nos dicen qué se compra con 500 Bs,
respondamos, que se compran 500 litros de gasolina y que en ninguna parte del
mundo podría hacerlo al mismo precio. Con 500 Bs se compran 125 pasajes del
metro, se puede pagar el recibo de electricidad de un mes, pagar 55 recibos de
gas, se paga un plan de voz, mensajería y datos o el recibo de agua y aseo.
Sin
embargo, lo anterior no significa que estamos en el paraíso. Nuestro poder
adquisitivo ha sido fuertemente deteriorado producto de la guerra económica que
se expresa, entre otras formas, en los desmedidos ataques a nuestra moneda.
Nuestro pueblo se ha empobrecido y ese es el daño de esta guerra en la que las
víctimas las ponemos nosotros. Hay quienes se ponen del lado del capital y de
quienes nos roban nuestras riquezas. Nosotros debemos estar del lado de los
pobres, concientizando, haciendo la
Revolución y construyendo el Socialismo.
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