Omar Gómez
Durante
el discurso que el Presidente Maduro daba a los presentes luego de concluir la
Marcha Antiimperialista con motivo del Día de la Resistencia Indígena, se
sentía en el ambiente que no bastaba con marchar o con decir que en 1.492 se
inició la mayor masacre contra la humanidad en toda su Historia. No bastaba con
dar un discurso contra el imperialismo y al neocolonialismo. Se sentía que se
debía hacer más. Hace poco un Profesor de Historia me decía, a propósito de la
fecha que " es hora de superar esta canción
cada 12 de octubre...está más pasada de moda". Pero resulta que lo
que está pasado de moda, tal vez, es la manera como hemos abordado el discurso
antiimperialista y anticolonialista. Sobre la fecha hemos querido informar,
pero no hemos formado.
Por
eso creemos que fue muy propicio y oportuno lo que expresó el Presidente Maduro
cuando dijo que " Debemos hacer y construir la Patria inexpugnable, que
sea imposible de ser tomada, esclavizada y colonizada de nuevo por ningún
imperio". Acto seguido propuso la creación de una comisión presidencial para
la descolonización “total, integral y absoluta de Venezuela”. Incluso informó
que el Ministerio de los Pueblos Indígenas pasa a llamarse ahora Ministerio del
Poder Popular para los Pueblos Indígenas y la Descolonización Nacional.
La
tarea que propone el Presidente Maduro es enorme y está asociada con la
construcción del Socialismo y con el planteamiento que hacía el Che sobre la
creación del Hombre Nuevo. La Revolución es no sólo económica y política. Es
profundamente cultural y va desde cambiar los patrones de consumo hasta
reivindicar el orgullo de sentirse privilegiado por haber nacido en una tierra
de libertadores, de grandes riquezas y bellezas, pero sobre todo, con un pueblo
generoso, bondadoso, solidario y fraterno.
Cuando
nos comparamos con los gringos o con los europeos o con algunos otros pueblos,
vemos en ellos problemas que no tenemos. La Xenofobia, el Fundamentalismo y el
Racismo son ajenos a nuestra tierra. Y sólo como una moda de aquellos alienados
que quieren fabricar en Venezuela una pequeña gringolandia, es que se entiende esos
grupos racistas y xenófobos que han llegado incluso a tomar el control de
partidos políticos como PJ y VP, o han usado sus colegios y otras instituciones
para difundir estos mensajes propios de mentes transculturizadas.
Desde
que Bolívar comprendió que nuestra Revolución tenía que hacerse con los pardos,
con los mulatos, con los zambos, con los esclavos y con los desposeídos, desde
ese momento se constituyó el invencible ejército que le dio la Libertad a buena
parte de la América. Cuando los godos y conservadores quisieron nuevamente
sumergirnos en la desigualdad, llegó Zamora quien al grito de Tierra y Hombres
Libres nos hizo reivindicar nuestro carácter de pueblo profundamente
libertario, solidario y de iguales.
Sólo
la embriaguez de la riqueza petrolera, aunada a la traición de las clases
dirigentes, hizo que afloraran aparentemente los sentimientos de racismo y
xenofobia. Una marcada transculturización asociada a los valores del mercado, un
cambio en los patrones de consumo y la difusión exacerbada del "American
Way of Life" como parte del consumismo, fueron la estrategia tan bien
elaborada del Imperio para hundirnos nuevamente en una nueva esclavitud, la
esclavitud cultural (aparte de robar descaradamente nuestras riquezas).
Nuestro
Comandante Chávez nos hizo querer nuevamente a nuestra Patria, reivindicó
nuestra Historia y la gesta emancipadora
de nuestros próceres, nos hizo querer nuestra música, nuestros paisajes y
nuestras manifestaciones culturales, haciéndonos ver que ellas encierran años
de historia gloriosa. Por eso, cuando un "profesor de historia" se
refiere a la misma como una moda, estamos ante la presencia de un formador del pensamiento
imperial, como muchos en la actualidad, y no de alguien que cuenta la historia
verdadera.
La
tarea que nos presenta el Presidente Maduro es la tarea de la Revolución. La
lucha Antiimperialista y Anticolonialista nos llevará a la construcción de una
Patria más humana, más digna, más soberana, o como lo dijo el Presidente
Obrero, una Patria Inexpugnable.
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