Omar Gómez
La
Guerra, según Clausewitz es "la continuación de la política por otros
medios", pero en el mundo de hoy, la Guerra es cada vez más un elemento
difuso. Tal vez carecemos de las herramientas comunicacionales que nos permitan
transmitir con precisión, la profunda guerra que se vive en el mundo y en donde
mueren cada año miles de inocentes. Para la mayoría, el concepto de guerra está
asociado al movimiento de tropas, al desplazamiento de tanques, buques y
aviones que disparan toda su artillería mientras del otro lado responden de la
misma manera.
Cuando
los EEUU decidieron masificar la producción de petróleo a partir de las
técnicas de "fracking", produciendo a pérdida, pero subsidiando a sus
productores locales, lo hizo con la intención de quebrar el mercado petrolero
internacional y buscando ahogar las economías de países declarados por ellos
como sus enemigos: Venezuela, Rusia e Irán. Si bien, no aparecen las tropas de
marines disparando cual producción cinematográfica, si aparecen las víctimas
civiles producto de la caída en los ingresos de estos países, siendo los más
afectados los pobres de esas naciones.
Cuando
los EEUU a través de la OMC encarece todos los gastos de seguros y fletes de
mercancías hacia Venezuela, tampoco aparecen las tropas gringas atacando, pero
el resultado es el estrangulamiento de nuestra economía.
Cuando
la Triple Alianza suramericana intenta usurpar la legítima presidencia
venezolana en el Mercosur, siguiendo instrucciones gringas, para de esa manera
sabotear nuestro comercio en la región, también se está incurriendo en un acto
de violencia, de guerra, pero sin que aparezcan los soldados.
Cuando
en el 2015 el gobierno griego fue obligado a cumplir con los mandatos del FMI,
el Banco Mundial y el Eurogrupo, se produjo una crisis política que obligó al
Primer Ministro a renunciar, teniendo el país que recurrir a fuertes recortes
económicos a expensas de los trabajadores e incluso se obligó a Grecia a pagar
cediendo parte de su territorio. No hubo invasión ni desembarco de un ejército
para adueñarse de un territorio ajeno, pero igual Grecia lo perdió.
Cuando
la Banca Española, en concordancia con las leyes de la Monarquía, y actuando en
base a principios medievales, exprime a los deudores hipotecarios para
expoliarlos al máximo, tampoco se ven las tropas disparando. Cuando ejecutan
los deshaucios tampoco hay tanques de guerras, aunque al final puedan haber
suicidios o gente muerta por la inclemencia del clima y del hambre.
Cuando
en Brasil se inventan un conjunto de infamias que, promocionadas por los EEUU a
nivel internacional, logran que un senado tuerza la voluntad de más de 50
millones de personas, haciendo que la Presidenta sea sacada del poder, estamos
en presencia de un procedimiento similar al empleado en Libia y en Irak, en
donde gobernantes adversos a los EEUU fueron sacados del poder de manera
violenta. En Libia e Irak aparecieron los soldados, en Brasil no se vieron,
pero el procedimiento, inventando mentiras y comprando traiciones, fue el
mismo.
Cuando
en el Gobierno de Allende empezaron a sabotear la producción, a cortar los
suministros, a especular, acaparar y sabotear en general toda la economía, no
se tenían tropas gringas disparando en territorio chileno. Sin embargo el
resultado fue el Golpe de Estado, la destrucción de la economía, el asesinato y
desaparición de más de 30.000 chilenos, el destierro y el horror permanente.
Nada más parecido a una Guerra, pero no lo fue. Nada más parecido a lo que se
hace en Venezuela, pero no triunfará.
Como
vemos, la Guerra hoy en día difiere del concepto que a veces asociamos con el
enfrentamiento físico entre dos ejércitos. Sin embargo, las Guerras siguen
siendo las mismas, y se siguen haciendo por los mismos fines: robar las
riquezas de otros países, derrocar gobiernos adversos y robar territorios de
otros países. Estamos viviendo tiempos de Guerra, con innumerables víctimas,
pérdidas de soberanía y de riquezas. Lo lamentable es que en Venezuela, hayan
personas que defiendan al enemigo y que además nieguen que estamos inmersos en esa
guerra global. Lo peor es que ellos también son víctimas de sus propios
agresores, viviendo una especie de Síndrome
de Estocolmo Social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario