Omar Gómez
Es
indudable que, desde el punto de visto organizativo, el PSUV ha sido la máxima
creación del Comandante Chávez. El PSUV fue definido como un partido
Anticapitalista, Antiimperialista, Socialista, Marxista y Bolivariano. Y aún
cuando todos esos conceptos se solapan, cada uno expresa con certeza la
amplitud y a la vez los límites dentro de los que se mueve la militancia. No es
sólo lo que se dice que somos, sino también lo que no se dice de manera
expresa, lo cual abre un abanico enorme para que puedan estar dentro del PSUV
una diversidad de matices y orientaciones todas dentro del campo de la
izquierda, conviviendo desde anarquistas, trokistas y maoistas, hasta ateos, evangélicos
y musulmanes. Por tal razón, como partido unido, el PSUV debe hacer esfuerzos importantes
de discusión y democracia para ser siempre un partido unitario.
Además
del concepto de unidad, el Comandante le dio mucha importancia a la nueva
Geometría del Poder. El comandante pensó en la territorialización de la
actividad partidista y en la militancia desde las bases, con la gente, con el
pueblo. Por eso la célula fundamental
del partido es la Patrulla Socialista. Sobre la base de las Patrullas se forma
toda la estructura del Partido, comenzando con las UBCH las cuales están
ancladas a un territorio específico definido por un centro electoral. Dentro de
las UBCH están las Patrullas Sectoriales y deberían estar las Patrullas
Territoriales, las cuales no han sido activadas masivamente. Un aspecto
importante de las Patrullas, de acuerdo a como las define el Partido es que las
mismas "están vinculadas a las formas de
organización del Poder Popular y constituyen la base fundamental de la red de
articulación política-social y del sistema de formación ideológica del PSUV".
Se
concluye que el PSUV es una creación original que se inscribe, sin sectarismos y
con suficiente amplitud en la izquierda, y se basa en lo local, en lo
territorial, para desde allí desarrollar toda su estructura. A esto debemos
agregarle la subordinación del individuo al colectivo, la ética socialista y la
formación permanente y progresiva. ¿Cómo no querer militar entonces en el PSUV?.
Sin
embargo, el Partido no ha dejado de ser una maquinaria electoral, y no ha
pasado a ser un Partido-Movimiento, que desde el Poder Popular, articule las
luchas de los movimientos sociales y de todo el pueblo organizado por el
Socialismo. Tenemos que decir, con pesar, que el PSUV en estos momentos no es
la vanguardia política del proceso revolucionario. Y más aún, luego de la
derrota del 6D, no hemos visto un sacudón en el PSUV que nos haga entender que
podemos perder la Presidencia y peor aún, la Revolución. De darse esto, más
nunca la recuperaríamos.
Por
esto se proponen dos acciones concretas que apunten a transformar al PSUV. En
primer lugar, debe evitarse que los dirigentes del partido sean a la vez
funcionarios de Gobierno. Veamos, si un Ministro es difícil de abordar por sus
múltiples ocupaciones, por razones de seguridad, etc, ¿cómo ese mismo ministro
va a ser dirigente de un partido que requiere del trabajo de base, del contacto
abierto y franco con el pueblo? Cuando los principales dirigentes del partido
son ministros, gobernadores o diputados, sus obligaciones y hasta la seguridad
misma lo alejan del pueblo. Pero además, los vicios que vemos en algunos
funcionarios, tales como el nepotismo, clientelismo o corrupción, se repiten en
el Partido, porque son las mismas personas. El que actúa de manera clientelar o
corrupta en un ministerio igual lo va a hacer en el partido.
Como
segunda acción concreta y consecuencia de la anterior, el PSUV debe pasar por
un período de legitimación de lo que serían sus nuevas autoridades y de toda la
militancia del partido. Debemos sincerar los números y la participación. No es
cierto que tengamos siete millones de militantes o casi nueve millones de
patrulleros. Pero dentro de ese proceso de nuevo registro y de depuración de la
militancia deben idearse mecanismos de verificación. Además, debe desecharse
totalmente la idea de emitir un carnet de partido, ya que el mismo solo
generaría los mismos vicios que tuvieron los carnet adecos y copeyanos.
Así
como nuestro Comandante Chávez se legitimó en varias ocasiones, así mismo el
PSUV debe pasar por ese proceso de legitimación que permita tener un verdadero
partido que esté estrechamente vinculado al Poder Popular, que tenga rostro de
pueblo, que sea un partido pluridiverso pero unido en el pensamiento de
Bolívar, Rodríguez, Zamora y Chávez y que sirva para potenciar todas nuestras luchas
para construir el Socialismo. Se lo debemos a Chávez.
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