Bernardo Ancidey
Continuando con nuestro análisis pasemos ahora a desmitificar la segunda afirmación de los secuaces criollos de Milton Friedman.
La falsedad de dividir la Liquidez Monetaria (conocida como M2)
entre los Activos de Reserva para estimar la tasa de cambio Bs/US$.
La liquidez monetaria está conformada en su mayor parte por el dinero
creado por los Bancos Comerciales a través de los créditos que otorgan o
mediante adquisición de emisiones de obligaciones públicas y privadas.
Es decir estos últimos hacen la magia de multiplicar el dinero que emite
el Banco Central de cada país, por factores que pueden llegar hasta 50
veces del monto originalmente emitido, como ocurre en los EEUU.
Este dinero creado por los bancos comerciales de la manera antes
indicada jamás es respaldado por las reservas internacionales. Cada
banco verá cómo se las arregla dentro del marco legal en que se
encuentre, para avalar esas emisiones de dinero. Lo que suelen hacer los
bancos comerciales es pedirles a sus deudores una garantía, como una
prenda o una hipoteca, de allí el nombre de préstamos o créditos
quirografarios, por estar respaldados solo por el patrimonio del deudor.
Las 100 unidades monetarias que le prestaron y usted garantizó con una
hipoteca sobre su casa, las devolverá si todo va bien, luego de
transcurrido cierto tiempo así: las 100 unidades monetarias que le
dieron más los intereses, por ejemplo 30 unidades monetarias más. Es
decir las 100 unidades monetarias originales sirvieron para producir 30
más. Si usted no entrega este dinero en las condiciones estipuladas, el
banco hará ejecutar su garantía. De eso sabe bastante Rajoy y sus
desahucios masivos en España.
Operaciones similares a estas le permiten a la banca comercial de
cualquier país del mundo crear montañas de dinero todos los días. Este
dinero puede exceder con mucho a las reservas internacionales de los
países evaluadas a las tasas de cambio establecidas. En el caso
venezolano, el BCV solo puede incrementar las reservas adquiriendo
divisas u oro, pero siempre emitiendo nuevo dinero base (a este dinero
emitido por el BCV se le denomina Base Monetaria), de modo que aquí no
existe ese efecto multiplicador. El resultado final es que el señalamos
al principio, en cualquier momento la cantidad de dinero circulante es
principalmente obra de la banca comercial y no del BCV.
Este último al igual que cualquier otro banco central del mundo, no va a
salir a responder por lo que son riesgos propios de las operaciones de
la banca comercial. En todo caso, a lo más que se puede llegar en un
país como el nuestro es a establecer alguna cobertura con las cuales
responder por el dinero de los ahorristas venezolanos y será
responsabilidad de SUDEBAN velar porque los bancos comerciales cumplan
con la normativa bancaria vigente.
Pero hasta allí. Cuando se pasan los límites y los países se ponen a
rescatar bancos quebrados, es que se producen los llamados “auxilios”
financieros, como los que sufrimos durante el gobierno de
Caldera-Petkoff o como lo sufrió el mundo entero con la crisis de los
eufemísticamente llamados “activos tóxicos” del 2008. Gracias a estas
“ayudas” tuvimos: bancos quebrados, pendejos paga-impuestos más pobres y
banqueros fugados y mucho más ricos que antes. La excepción ha sido
Islandia, pero de eso hablaremos en otra oportunidad.
En palabras de Piña Torres1
…suponer que la Liquidez Monetaria puede ser comparada contra las RIN
ignora que la mayor parte de dicha liquidez es tan sólo dinero
quirografario, generado por los bancos comerciales mediante Expansión
Secundaria, sea como créditos directos o mediante adquisición de
emisiones de obligaciones públicas y privadas; y como tal no puede ir
contra las RIN, porque mucho antes se agotaría la Base Monetaria (BM)
que es el dinero emitido por el respectivo Banco Central de cada país.
Pocos saben y menos dicen que la mayoría del dinero es creado por los
bancos comerciales públicos y privados mediante emisión de deuda, los
créditos que conceden.”
De modo que cuando ciertos monetaristas nos dicen que el valor del
bolívar frente al dólar vendrá dado por la cantidad de bolívares
existente dividido por la cantidad de reservas internacionales, lo que
están es confundiendo peras con manzanas, lo cual no resulta tan
increíble, si ya sabemos que algunos ni siquiera saben de porcentajes.
Su afirmación acerca de que la devaluación se origina por el aumento del
numerador en bolívares y la disminución en el denominador en divisas,
sería risible si no fuera por lo peligrosa que pueden llegar a ser las
conclusiones en política económica, tal como ya lo denunciara Piña
Torres al cuestionar el establecimiento de la Tasa SICAD II bajo este
fundamento.
En próximos artículos continuaremos desmontando las falacias monetaristas y su carácter encubridor al servicio del capital.
1 http://www.aporrea.org/actualidad/a190073.html
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