miércoles, 2 de abril de 2014

El Estado Socialista y la Capacidad Institucional

Néstor Aponte
 La transformación del Estado capitalista en Estado Socialista involucra un cambio en el direccionamiento estratégico y en los método de trabajo que ahora deben estar alineados con los intereses de la clase trabajadora. La acción de este nuevo Estado responde a un plan socialista, cuya prioridad es desarrollar una economía socialista, bajo la dirección de la clase trabajadora, que aborde y resuelta positivamente el tema de pobreza y exclusión de la clase trabajadora en que la mantiene el capitalismo. En particular, bajo la dirección de una vanguardia socialista emprendedora potenciada por cuadros gerenciales socialistas; donde, se responda a métodos de trabajo socialistas y a una distribución del plus valor basado en la necesidades diferenciadas de cada trabajador. El Estado socialista reivindica y reconoce los intereses de la clase trabajadora como centro y razón de ser del propio Estado y la sociedad. La democracia plena de los trabajadores dentro y fuera de la empresa; así como, dentro y fuera del Estado son prioridad en su accionar. Prioridad esta que, por otra parte, incluye y requiere de la existencia del bienestar material y social de todos los trabajadores: libre ahora sí de toda discriminación, racismo o exclusión. Por ello, un Estado socialista sin capacidad institucional para implementar un plan socialista se encuentra condenado al fracaso en su labor de construcción del socialismo.
En otro orden de ideas, la administración pública socialista la conforman Funcionarios (trabajadores) Públicos de gobierno, de dirección, de gerencia, de supervisión y técnicos cuya cultura debe reproducir y promover los intereses de la clase trabajadora. Tarea que se logra bajo métodos de trabajo y direccionamiento socialistas. Todo Funcionario socialista debe tener como objetivo lograr la mayor suma de felicidad económica, política, social y cultural para el pueblo: para su propia clase trabajadora.
De aquí que un Estado que pretenda construir el socialismo tiene entre sus tareas fundamentales aumentar la capacidad institucional del Estado a fin de cumplir con su oferta de bienes y servicios a la clase trabajadora y al desarrollo de la economía socialista. Sin una Administración Pública que dé respuesta a las necesidades del ciudadano y del pueblo se hace imposible la construcción del socialismo; pues se confundiría socialismo (transformación social) con la deficiente capacidad administrativa del Estado. Sin embargo, por otra parte, no solo se trata de aumentar la eficiencia y eficacia de gestión de los recursos que maneja la administración pública. Se trata que esa eficiencia y eficacia estén orientadas a implementar un plan socialista que profundice la consciencia y el compromiso socialista de la vanguardia política y económica que dirige el Estado y de la clase trabajadora en general. Esto, a fin de cerrar las puertas a un nuevo engaño burgués, al mejor estilo de los gobiernos socialdemócratas o socialcristianos.
La construcción de una poderosa y eficiente Administración Pública que profundice y de respuestas a las necesidades políticas, económicas, sociales y culturales de la clase trabajadora constituye una de las bases para construir el Comunismo. Otro de los elementos para la construcción del Comunismo es el desarrollo de una eficiente economía socialista que financie y de viabilidad a la propia administración pública. Y, el tercer elemento en esa construcción del Comunismo lo constituye el desarrollo de una sólida consciencia de clase que le permita a cada trabajador encontrar la libertad política, económica, social y cultural mediante una Administración Pública eficaz a los fines de los intereses de su propia clase.
Sin embargo, en esta etapa de desarrollo del socialismo el imperialismo acentúa lo que ya de por sí son las debilidades de la Administración Pública burguesa. Porque, inclusive fueron esas debilidades del Estado burgués y su Administración Pública la que provocaron los problemas de gobernabilidad entre las distintas clases sociales que permitieron y dieron paso a una propuesta socialista. Sin embargo, esas mismas debilidades en la Administración Pública son las que ahora limitan los avances en la construcción del socialismo. Sus ineficiencias e ineficacias no solo minan la gobernabilidad de los líderes que dirigen la construcción del socialismo; sino que no permite desarrollar un plan socialista que permita el nacimiento y crecimiento de una economía socialista fuerte que le de viabilidad a la transformación social. La falta de respuestas oportunas por parte de la Administración Pública restan fuerza a la gobernabilidad del Estado socialista, tanto, en el proceso de construcción del socialismo; así como, en los esfuerzos para contrarrestar y derrotar la ofensiva imperial. Son esas carencias las que, por otra parte, minan y debilitan la consciencia de los elementos progresista de la clase trabajadora y campesina cuando son acorralados por la falta de respuestas del Estado en el suministro de bienes y servicios. Nuestra tarea es construir gobernabilidad para el socialismo y eso pasa por mejorar la capacidad de respuesta de la Administración Pública: mediante mayor direccionamiento colectivo y mejores métodos de trabajo socialistas. En ese sentido, cada Funcionario debe revisar si está haciendo su mejor esfuerzo para el país y si sus métodos de trabajo son los mejores para aumentar la capacidad de respuesta del Estado socialista frente a las necesidades del pueblo: frente a las necesidades del socialismo. Viviremos y venceremos, que viva el socialismo, Carajo.

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