En las últimas semanas de septiembre de 2010, Pakistán se ha visto sumergida en un conjunto de ataques a supuestos insurgentes por parte de tropas de la OTAN, bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo y la protección de ese aliado genuflexo que es el Gobierno de Pakistán.
En la última semana de septiembre, al menos treinta (30) personas murieron por el ataque de helicópteros de la OTAN, en el noroeste del país, en su frontera con Afganistán.
Los helicópteros, procedentes de Afganistán, supuestamente perseguían a insurgentes que se escondieron en el lado paquistaní.
Sin embargo, tres soldados paquistaníes quedaron heridos en lo que fue el tercer ataque en la misma semana. Ante esto, al Gobierno paquistaní no le quedó más remedio que elevar una protesta por estas acciones. Posteriormente, dos de estos soldados fallecerían.
Casualmente, el ataque se produce en momentos en que el director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, Leon Panetta visita, por dos días a Pakistán, reuniéndose el director general del servicio de inteligencia de Pakistán, general Shuja Pasha. ¿Casualidad? En polìtica nada es casual.
Ahora bien, ante la gravedad de los hechos, los Estados Unidos han pedido disculpas. No por los más de treinta ciuadadanos afganos que huían de la artillería estadounidense y que se escondían indefensamente en territorio paquistaní. No por los civiles afectados por los enfrentamientos y catalogados como daños colaterales. Los Estados Unidos se excusaron por los efectivos fallecidos de un ejército apéndice de los marines. Usados como carne de cañon. Utilizados para ofrecer sus cuerpos como escudos humanos protegiendo a los invasores. Ese es el perdón que piden los norteamericanos.
En Islamabad la protesta del Gobierno paquistaní es ahora aplacada por esta solicitud de perdón estadounidense. La embajadora de EE.UU. en Pakistán, Anne Patterson, sólo atinó a decir que los helicópteros estadounidenses "confundieron" a los soldados con insurgentes islamistas. Y los lacayos del Gobierno paquistaní se aprestan a aceptar estas disculpas.
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