Agroisleña es una empresa española-venezolana que tiene más de 55 años en el país. Se dedica al negocio de los fertilizantes, equipos agrícolas, productos insecticidas biológicos, agroquimicos y en general a todo lo relacionado con el agro. Esa es la información que siempre se ha tenido de una empresa que junto con Polar, en la parte de alimentos y tratamientos para animales, se han constituido en un gran oligopolio capaz de cartelizar precios y decidir orientaciones en el mercado venezolano.
Son ellos quienes manejan el negocio de las semillas y todo el ciclo que va desde la siembra hasta la cosecha. Y Polar domina en lo que es el negocio de los animales y la distribución. Es decir, todo lo que comemos, en gran parte, tiene que ver con estas dos empresas.
En el Socialismo, los medios de producción deben estar en manos del Estado, que representa a la clase trabajadora y revolucionaria, con el fin de garantizar la equidad en la distribución de los bienes y servicios esenciales para llevar una vida digna. Es decir, el Estado no debe tener en sus manos aquellos negocios superfluos o los que sirven para fabricar mercancías que no son esenciales para la vida. Aquí cabe la pregunta ¿no es acaso la alimentación un sector estratégico y de primera importancia para el país y para la revolución?
La expropiación de Agroisleña (aunque por otras consideraciones debió ser una confiscación) deveulve al pueblo las herramientas necesarias para lograr justicia en la siembra, cosecha y distribución de alimentos para todos. Queda la Polar. Hacia alli debemos enfilar baterias...
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