Recientemente el Presidente Chávez ha estado sistematizando las bases de lo que es el Desarrollo Socialista. Ya no podemos medir el desarrollo en función de unos números frios del PIB o los índices que utilizan los países industrializados. En otros momentos, se ha esbozado la idea de que Venezuela, utilizando índices diferentes, puede exibir un nivel de desarrollo superior al de los Estados Unidos. Por ejemplo, si medimos la xenofobia, el fundamentalismo y el racismo, podemos observar cómo los Estados Unidos nos sobrepasan enormemente, exhibiendo una xenofobia que obliga a los extranjeros y sus descendientes a sufrir la misma, un racismo enorme, aún teniendo un Presidente de ascendencia africana, y un fundamentalismo que los enorgullece de grupos como el Ku Klux Kan. Y si hablamos de Terrorismo, basta con decir que Venezuela es un Estado de Paz, en contraposición a los Estados Unidos, patrocinadores del Terrorismo y protectores de engendros propios como Posada Carriles.
Pero bien, poniendo al Hombre como el centro del Desarrollo, no podemos medir el mismo en función de cuántas industrias, empresas o bienes de servicio sean producidos. Esa es la trampa capitalista, pensar que las mercancías son más importantes que el hombre, y que entonces quien tenga más mercancías y capacidad de producirlas, tendrá mas desarrollo. La verdad es que el Presidente Chávez está poniendo al Hombre por encima de la mercancía. El Desarrollo Socialista se debe medir entonces por la máxima felicidad social que poseamos como país. Es la máxima bolivariana. Es la forma de medir el Desarrollo en el Socialismo.
¿De qué vale tener mercancías y riquezas si no se es feliz? Un ejemplo son las sociedades nórdicas, que tienen a su población con los servicios cubiertos, con un nivel de riqueza material muy alto (claro, producto del despojo histórico de los países conquistados y colonizados por estos), y con todas las necesidades materiales cubiertas. Sin embargo son de los que tienen los mayores niveles de insatisfacción y de suicidios a nivel mundial. ¿Son felices?
Sólo en Socialismo, el hombre tiene un verdadero desarrollo pleno, feliz, constructivo, humanista. Sólo el Socialismo da esperanzas de vivir intensamente para hacer feliz a la humanidad, para salvar al mundo de la depredación y de la destrucción a la que lo sometió el mismo hombre. En el capitalismo no es posible la felicidad plena. El Socialismo es la única esperanza de la humanidad. Como dijo la Camarada Rosa Luxemburgo, la disyuntiva actual es "Socialismo o Barbarie"
2 comentarios:
Algunos piensan que las actitudes y los comportamientos xenófobos de un buen porcentaje de la población estadounidense y de sus gobernantes es algo reciente y específicamente dirigido contra la ola de migración latinoamericana. Eso es incorrecto. La xenofobia en los Estados Unidos es una enfermedad social crónica que se ha traducido en muy diversas instituciones formales para evitar la llegada de inmigrantes de distintas nacionalidades y etnias. Los ejemplos abundan.
Algunos piensan que las actitudes y los comportamientos xenófobos de un buen porcentaje de la población estadounidense y de sus gobernantes es algo reciente y específicamente dirigido contra la ola de migración latinoamericana. Eso es incorrecto. La xenofobia en los Estados Unidos es una enfermedad social crónica que se ha traducido en muy diversas instituciones formales para evitar la llegada de inmigrantes de distintas nacionalidades y etnias. Los ejemplos abundan.
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