Omar Gómez
Lo
ocurrido el pasado domingo 23 de octubre en la Asamblea Nacional quedará
registrado como un hecho histórico que no tiene ningún tipo de comparación a lo
largo de nuestra vida republicana. Ni siquiera se le puede comparar con aquel
24 de enero de 1848, cuando el pueblo invadió el Congreso, sin ningún tipo de
conciencia política, azuzado por quienes querían evitar que se enjuiciara al
entonces Presidente Monagas, y con una
violencia tal que costó la vida de insignes venezolanos, como el caso de Santos
Michelena.
Venezuela
ha tenido, desde que se separó de la Gran Colombia, un Gobierno
Presidencialista. Los experimentos que se hicieron de tener Gobiernos Colectivos,
tales como los triunviratos o las Juntas civiles o militares, siempre
desaparecieron ante la presencia de un líder o caudillo que en su momento tomó
el control, volviendo a la figura que ha caracterizado a nuestra República.
Como
un error más es que se puede interpretar lo que intentó hacer la Derecha el
pasado 23 de octubre. Creyeron que
copiando lo ocurrido en Brasil, en Honduras o en Paraguay, podían destituir al
Presidente, y de un zarpazo cambiar al TSJ y al CNE, cual Carmona Estanga. Si
bien su estrategia está dirigida a la Prensa mundial de manera de influir en
los organismos internacionales y poder legitimar el discurso imperial de la
"amenaza inusual y extraordinaria", en Venezuela solo busca dar
argumentos a los violentos, a los guarimberos y al fascismo en general. La
Derecha al parecer no se ha enterado de que somos un Gobierno Presidencialista,
y que el Legislativo difícilmente puede tumbar al Presidente por simple
capricho o intereses grupales.
El
intento de la Derecha de querer destituir o destruir, los Poderes Ejecutivos,
Legislativo y Electoral, refuerza el argumento dado por muchos quienes dicen
que no hay un conflicto de poderes sino
un poder en conflicto con los demás. Esta afirmación, por demás cierta,
demuestra además que el Poder Legislativo no está Legislando y que solo es un
frente más de la Guerra que el Imperio desarrolla contra la Revolución. El
frente legislativo se une al comunicacional, al económico, al internacional y
al ideológico para que en una estrategia envolvente se pueda derrocar al
Gobierno del Presidente Maduro.
Pero
volviendo al principio, hay que destacar los siguientes aspectos, que han
pasado por debajo de la mesa en medios de la derecha y en algunos de los
nuestros. En primer lugar, el pueblo asistió sin convocatoria, funcionaron las
redes sociales y mensajes que se encargaron de anunciar lo que pretendía hacer
la Derecha. En segundo lugar, el pueblo irrumpió con firmeza, pero
pacíficamente, a las instalaciones de la Asamblea. En tercer lugar, con una
claridad política, el pueblo espontáneamente manifestó su voluntad de respaldo
al Presidente Maduro y a la Revolución y luego de haber dado su mensaje, se
retiró en paz y sin agredir a nadie. Solo el fascismo se hizo presente cuando
agredieron con violencia a varios camaradas que salieron heridos. Del lado de
ellos no hubo ningún herido.
Estos
tres aspectos que se acaban de mencionar tienen que ser estudiados muy
detenidamente por la Derecha, porque detrás de ellos está el germen de la
irreversibilidad de la Revolución, está la presencia del pensamiento
revolucionario del Comandante Chávez y está la herencia libertaria de nuestros
próceres que en momentos de crisis se crecieron ante las dificultades.
Que
no se equivoque el Imperio ni la Derecha entreguista y traicionera, aquí hay un
pueblo organizado, consciente y decidido a defender la Revolución.
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