Omar Gómez
El
31 de octubre de 2007, hace 9 años, se publicó en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela un decreto que terminó llamándose popularmente la
nueva "Política Automotriz". Dicho instrumento fue en su momento un
logro del Gobierno por encima de las grandes ensambladoras. Recordamos quienes
estuvimos en la elaboración del mismo, cómo al momento de discutir cada uno de
los principios de la Política, aparecían luego titulares de prensa en donde los
que la adversaban cuestionaban lo que se discutía. Esto era la demostración
palpable de cómo las transnacionales tenían penetrado el entonces Ministerio de
Industrias, en donde lo que se discutía internamente era sabido casi de manera
inmediata por las transnacionales.
El
decreto tuvo una serie de virtudes que es conveniente resaltar, pero en donde
destaca el carácter nacionalista y de protección para el usuario y para la
verdadera industria nacional. Era la primera vez que a nivel regional se
escribía una política sin la injerencia de las transnacionales. Esto tenía una
importancia fundamental por ser el sector en donde se daba la mayor fuga de
divisas.
Los
principales aspectos que tenía la Política Automotriz eran:
1.-
Se establecía una Licencia de Importación para poder traer vehículos al país.
Para esto el Gobierno, conociendo con anterioridad los planes de producción y
de importación establecía licencias para aquellos vehículos que no se producían
en el país, privilegiando siempre la producción nacional. Además, establecía
los llamados vehículos de lujo para los cuales se destinaban las mayores cargas
impositivas.
2.-
Se prohibía de manera expresa la importación de vehículos usados, evitando
convertir a Venezuela en un vertedero de chatarra de los países
industrializados.
3.-
Se establecía una metodología para el desarrollo de ensambladoras en el país,
con tiempos muy precisos para los procesos de incorporación de partes nacionales
y de desarrollo de sectores conexos como el plástico, el textil, metalúrgico, y
otros.
4.-
Se establecía como meta a cumplir, que en seis años (2013) se llegara al 50% de
fabricación de partes y piezas en el país, incluso se decretaba la
obligatoriedad, a partir de enero de 2010, de ensamblar los motores en el país.
5.-
Se obligaba a las empresas a informar a los usuarios, a través de sistemas
informáticos, la disponibilidad de repuestos y su ubicación en los puntos más
cercanos al domicilio de estos.
Como
se puede deducir de estos puntos, la política tenía, en medio de un momento en
que había abundancia de divisas en el país, una serie de aspectos positivos que
podía convertir al sector en un polo del desarrollo industrial en el país. Sin
embargo, la política fracasó, hasta el punto de que hoy en día no se llega ni
siquiera a los niveles de incorporación de partes existentes para el año 2007
(30%), ni se ensamblan motores en el país, ni se cumple formalmente con el
proceso global, como política industrial, de asignación de Licencias.
Varios
aspectos contribuyeron al fracaso de esta política:
1.-
Un cambio a nivel de ministro, pocos meses después de decretada la política,
asumiendo un personaje que nada sabía del desarrollo industrial ni del sector
automotriz y que al contrario, implementó un política de persecución, en medio
de las más fantásticas teorías conspirativas de este gris personaje de la política
nacional. El resultado fue un fracaso en la aplicación y seguimiento de la
Política Automotriz.
2.-
Haber convertido las Licencias de Importación en un instrumento comercial y no
de Política Industrial como había sido concebido, dejando de lado las
estrategias establecidas para desarrollar a la Industria.
3.-
Las maniobras de las grandes transnacionales que en todo momento torpedearon y sabotearon
la aplicación de esta política. Entre ellas resalta el sabotaje que hicieron al
sector de empresas fabricantes de partes y piezas, y cómo algunas de ellas
fueron obligadas a trasladarse fuera del país, mientras quebraban a otras. No
hubo la respuesta adecuada por parte del Gobierno, que ante esta situación se
dejó burlar por estas empresas y por funcionarios que desconocían la realidad
del sector y otros por estar involucrados en temas de corrupción.
4.-
Las posteriores caídas en los precios del petróleo y el desfalco ocurrido con
empresas de maletín, que generaron importantes pérdidas en divisas, siendo cada
vez más difícil recuperar al sector. Es importante destacar que en el año 2007,
cuando se promulga la política, fue el año de mayor producción nacional de
vehículos en todo el período de la Revolución y el segundo mayor desde la
década de los años 70. En total se produjeron 172.418 vehículos.
En
la actualidad esta política es letra muerta. El Gobierno de nuestro Presidente
Maduro quiso, a inicios de esta año, hacer importantes esfuerzos por recuperar
este sector, sin embargo, producto de una mala asesoría, lo llevaron a anunciar
metas que, para los conocedores del sector, eran irreales. Decir que este año
se iban a producir más de 150.000 vehículos fue una irresponsabilidad, no del
Presidente, sino de quienes le asesoraron. Pero también fue una
irresponsabilidad de los empresarios que no se pronunciaron y dejaron que esto
se dijera. Como datos podemos decir que en el año 2014 se produjeron 19.759
vehículos, en el 2015 18.300 y en lo que va de año pasan de 2.300, teniendo una
expectativa de cerrar el año con algo menos de 3.000 vehículos, una cifra muy
por debajo de los más de 170.000 del año 2007 y de los 150.000 anunciados por
el Presidente Maduro. Es importante recalcar que se está hablando de producción
de vehículos, en ningún momento se habla de vehículos importados. Por otro lado,
las cifras son de CAVENEZ y no incluye ni a Chery ni a Venirauto, entre otros
fabricantes del Gobierno.
La
Revolución debe aprender de las experiencias que ha tenido, no debemos repetir
los errores del pasado, debemos darle continuidad y seguimiento a las políticas
que desarrollemos para el mediano y largo plazo, pero sobre todo, debemos velar
por la rectitud, conocimiento y la moral de quienes llevan adelante los asuntos
públicos. De esta manera vamos a ser consecuentes con el legado de nuestro
Comandante, dando la mejor contribución al Gobierno de nuestro Presidente
Obrero y Chavista, Nicolás Maduro.