Rafael Febles
Uno de los fenómenos que está ocurriendo en Venezuela, es el
posicionamiento inducido de una especie de individuo que olvida su
origen y trasciende su actitud hacia un estadio en primer lugar
imaginario y engañoso acerca de la posición social y en segundo lugar la
posibilidad de convertirse en un paria de traición de su propia clase,
por supuesto que, la posibilidad que esto ocurra trasciende la
conciencia al convertirse en su propio enemigo.
Antes de entrar al análisis del trabajo repasemos el concepto general de
Clase Social: Es una forma de estratificación social en la cual un
grupo de individuos comparten una característica común que los vincula
social o económicamente, ya sea por su función productiva o "social",
poder adquisitivo o "económico". La sociedad de clases constituye una
división jerárquica basada principalmente en las diferencias de
ingresos, riquezas y acceso a los recursos materiales. Aunque las clases
no son grupos cerrados y un individuo puede "moverse" de una clase a
otra.
Ahora bien, según la teoría marxista, en la sociedad capitalista las dos
clases más importantes son la burguesía y el proletariado, esto como
consecuencia de la división social del trabajo. Hay dos grandes grupos
de clases, la de los que poseen propiedad privada que son dueños de los
Medios de Producción ( tierras, fábricas, máquinas, etc ) y la de
aquellos que solo disponen de la fuerza de su trabajo, ya sea manual o
intelectual, para sobrevivir. Decía Marx que las condiciones económicas
determinan " su modo de vivir, sus intereses y su cultura".
Dicho esto, podemos entonces, referirnos al significado de des-clasismo,
que consiste en una especie de transfuga de una clase a otra, sin
necesariamente pertenecer a la que en realidad corresponda, dadas las
premisas anteriores, de ubicación social y en ello, surge nuestra
preocupación entre otras razones a lo que está sucediendo en el país,
donde observamos con preocupación este "movimiento" de cierto grupo de
clase social baja y media, aceptando acompañamiento o zalamerías como
imán de orden político bajo el efecto de la disociación y pérdida de
conciencia de clase, como decimos en criollo, "mal ubicados", ello en
razón de una súbita campaña mediática de cuarta generación, donde se
ataca la percepción del individuo bajo técnicas subliminales de
convencimiento y apego a a ciertas conductas de acompañamiento político
social.
Indudablemente, que cuando tocamos el tema de las clases en sí y clases
para sí, estamos manejando la categorización marxista de lo que
representa una clase social en el conjunto de la sociedad capitalista
como tal, lo que quiere decir, que hay suficientes motivos para
emprender en el contexto de la lucha ideológica un proceso de
habilitación de la conciencia para que en esos sectores se rehabilite o
interrumpa la degradación manifiesta de la clase en sí.
En ello, las fuerzas de la revolución tienen una gran responsabilidad,
recordando siempre que aún estamos en presencia activa de una sociedad
capitalista, de un Estado burgués en la concepción clásica y de
políticas que no han dado al traste con maneras y formas de actuación
netamente burguesas, lo que en lógica formal, significa que, el trabajo
que se nos presenta, debe obedecer a una determinación del ahora y para
siempre. Si queremos consolidar este proceso bolivariano y direccionarlo
hacia estadios superiores como el socialismo, debemos actuar
aprendiendo de ello y proponiendo insurgir en muchas oportunidades
contra nuestro enemigo interno y de alguna manera enfrentar con valentía
y decisión política los nuevos retos para avanzar en la construcción de
lo nuevo, no obstante, al pueblo llano hay que mostrarles el engaño vil
de que pasar de una clase a otra sin perder la conciencia no existe.
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