Bernardo Ancidey
De un tiempo para acá se realizan investigaciones científicas sobre la
aparición de las crisis y catástrofes, tanto en el mundo natural como en
el artificial. Estos estudios muestran que estas últimas son muchas
veces el resultado de la existencia de cierta dinámica no lineal en los
sistemas conocida como caos. Este último es un término matemático que
implica un comportamiento determinista muy sensible a las condiciones
iniciales y no debe confundirse con el caos en su sentido usual.
Un tema interesante que surge de estos trabajos es la posibilidad de
predecir las crisis. Imagínense por ejemplo si pudiéramos conocer cuando
va a ocurrir un terremoto de gran magnitud o cuando van a caer los
precios del petróleo. Incluso la serie temporal de índices como el de
precios al consumidor, el de escasez y la tasa de cambio fantasma en
Venezuela, pueden también ser analizados de esta manera. Lo que lleva a
preguntarnos si las crisis asociadas, era posible predecirlas y por
tanto evitarlas o al menos mitigar sus efectos.
Sobre la predictibilidad o no, hay dos grandes opiniones científicas
conocidas metafóricamente como el cisne negro propuesta por el libanés
Nassim Nicholas Taleb1 y el rey dragón del francés Didier Sornette2.
El Cisne Negro afirma la impredecibilidad de estos eventos de gran
magnitud que son causados por la misma dinámica de los eventos del mismo
tipo pero de mucha menor magnitud, así un débil temblor y uno
catastrófico tienen las mismas causas pero efectos muy distintos. Estos
últimos son capaces de causar grandes transformaciones en todo el
sistema. Para esta postura, lo más que se puede asegurar es que
ocurrirán muchos eventos pequeños, menos medianos y unos rarísimos de
enorme magnitud.
El Rey Dragón sostiene la visión contraria, es decir que es posible
predecir la aparición de los grandes eventos, como un gran terremoto o
una caída en los precios de commodities como el petróleo,
observando con detalle la aparición de una dinámica exponencial
creciente fruto de las interrelaciones dentro del propio sistema.
Sornette afirma que “el mecanismo raíz de un dragón rey es una
maduración lenta hacia la inestabilidad, que es la burbuja, y el punto
culminante de la burbuja es a menudo el desplome…Es el reflejo de un
comportamiento colectivo emergente fundamentalmente endógeno. La causa
del desplome, la causa de la crisis, tiene que buscarse en una
inestabilidad interna del sistema. Cualquier pequeña perturbación
producirá esta inestabilidad”.
No está demás señalar que Sornette ha tenido éxitos espectaculares en la
predicción de varios “reventones” de burbujas económicas. Como algunos
lo han acusado de provocarlos, optó por desarrollar una nueva
metodología que consiste en guardar la predicción en una bóveda y
publicarla después de ocurrido el reventón de la burbuja. Igualmente
tuvo éxito.
Si aplicamos esta última perspectiva al incremento del dólar fantasma,
la escasez y la inflación, veríamos una situación como las descritas por
Sornette. Por ejemplo la escasez no comenzó de repente, sino con
ciertos productos como la leche o el azúcar, en la época en que
gobernaba el Comandante Chávez. Estos éxitos iniciales retroalimentaron
“el sistema comercial” para expandir primero de forma gradual y luego
exponencial, la escasez de cada vez más productos, abarcando no solo los
de la cesta básica sino muchísimos más.
En el caso del dólar ocurrió lo mismo, primero unos aumentos que ahora
nos parecen modestos, a Bs 15/US$, luego un crecimiento exponencial
fruto del “sistema de especulación” que lo llevó en menos de dos años a
la tasa fantasma actual de Bs. 1.000/US$. Todo ello fruto de la
retroalimentación positiva de una histeria sin fundamento en la economía
real. La inflación, que cómo nos lo explicó la Profesora Pasqualina
Curzio, es causada hasta en un 73,1% por el dólar fantasma, es evidente
que sigue el mismo comportamiento de este último.
Como vemos si debemos creerle a Sornette, y yo creo que tiene razón, la
crisis era predecible leyendo con cuidado las señales que las
anunciaron. También era posible impedir los efectos que la
retroalimentan y creo que todavía es posible.
La pregunta que más me inquieta, es sí ya estamos en el reventón o desplome de la burbuja o este todavía está por venir…
En todo caso, la peor actitud es seguir “retroalimentando” esos sistemas.
1 Nassim Nicholas Tal (2008). El Cisne Negro. Paidos, Ibérica.
2 Didier
Sornette (2013, Junio). Cómo podemos predecir la próxima crisis
financiera. En
https://www.ted.com/talks/didier_sornette_how_we_can_predict_the_next_financial_crisis/transcript?language=es
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