Omar Gómez
Nuevamente
nos encontramos con resultados exitosos luego de la jornada realizada este
domingo 22 de noviembre por parte del PSUV. En el primer simulacro se
movilizaron 1.150.569 militantes, mientras que en este segundo simulacro la
cifra aumentó a 1.816.042 militantes, lo que supone un aumento de participación
en el número de Unidades Bolívar Chávez, ya que se pasó del 92% al 96% de
movilización de UBCH. Pero también se reveló que llevamos alrededor de
4.700.000 inscritos en el 1X10 que realizan nuestros patrulleros.
Estas
alentadoras cifras auguran una importante victoria para las elecciones del 6D.
Al no tener la figura arrolladora de nuestro Comandante, quien con su sola figura bastaba para llamar
a la votación, hoy el Partido se vuelca a lo que es nuestra mayor fortaleza: la
organización.
Pero
la celebración que debíamos tener fue empañada por el triunfo de la derecha en
Argentina, con un candidato que no ha tenido pudor en declarar abiertamente las
hostilidades con Venezuela en caso de que ganara. Allá estaban en la tarima
celebrando con el derechista Macri personalidades del golpismo venezolano, como
la esposa del monstruo de Ramo Verde.
En
Venezuela la noticia empañó la alegría producto del resultado del simulacro, y
ha alertado a toda la militancia sobre la responsabilidad, ahora mayor, de
ganar de manera contundente la Asamblea Nacional. Pero no solo nos quedamos
allí, debemos mirar hacia el futuro inmediato y trabajar por la continuidad de
nuestro Presidente Maduro, por la irreversibilidad de la Revolución y por la
Construcción del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.
Para
la derecha en Argentina, la imposición de los paquetes neoliberales va a ser en
extremo difícil, por cuanto el porcentaje de apoyo que puede tener es muy
pequeño. No basta con sacar una mayoría de apenas 2,8 puntos por encima del
candidato de la patria, es también tener que trabajar con un Congreso que es
mayoritariamente Kichnerista. Pero además, ese casi 49% de la población que
votó por Scioli tiene una diferencia cualitativa fundamental contra el 51% que
votó por Macri, y es que el pueblo que dejó organizado Cristina Fernández está
profundamente politizado y consciente de su rol y de las conquistas sociales
alcanzadas. Por otro lado, la oposición argentina es similar a la venezolana.
Aquí su mayor discurso es "Maduro vete ya", mientras que en Argentina
fue "Cambiemos". Más allá de esas frases huecas no hay ideas ni
discurso. Sin embargo sabemos que ambos reciben instrucciones gringas que
apuntan a la implantación de paquetes neoliberales y al saqueo de nuestros
recursos.
Una
crítica al proceso argentino tiene que ver con lo que señalan algunos
analistas. Cristina hizo una gestión excelente, de resultados sociales impresionantes,
rescatando la grandeza de la nación Argentina, pero se concentró más en la
gestión que en la politización y movilización del pueblo. Por eso afirmamos con propiedad que Venezuela
no es Argentina.
En
nuestro país, los niveles de movilización, de formación y de politización del
pueblo no nos van a llevar a ser derrotados, al contrario, somos el pueblo de
Bolívar y de Chávez que se crece en las dificultades. Por eso, y a pesar de la
guerra económica, el saboteo, el
acaparamiento, la especulación y las campañas de los medios, a pesar de todo
eso, el pueblo se va a sobreponer, va a votar masivamente por la Revolución y
va a seguir derrotando al Imperialismo y a sus lacayos nacionales.
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