Omar Gómez
El
imperio ha diseñado una estrategia casi perfecta con la cual ha encontrado otro
espacio para atacarnos con la dureza que le caracteriza. La estrategia es
"simplemente" herir y destrozar nuestra moral. Y no es para menos, en
medio de una feroz Guerra Económica, no han parado de atacarnos diciendo que
tenemos Patria, mientras se burlan para hacernos caer en la desesperación.
Muchos
de nuestros Camaradas han bajado su rendimiento en el trabajo, en su militancia
política y hasta en sus espacios para la recreación y la familia, producto de
tener que estar recorriendo sitios en los cuales se pueda conseguir los
productos escasos. Por otro lado, la prensa nacional e internacional,
comprometidas siempre con la conspiración y sus deseos de destruir nuestro
país, no hacen más que exaltar la cantidad de problemas que tenemos, de
regocijarse por la baja en los precios del petróleo, en presentar a nuestro
Gobierno como incapaz de manejar la situación de conflicto que tenemos en los
frentes occidental y oriental con Colombia y Guyana. Esa misma prensa también
se alegra de mostrar con especial detalle, rayando en el amarillismo, los
resultados de la inseguridad y de la delincuencia. Eso sí, siempre ocultando
los logros y los aspectos positivos de nuestro Gobierno.
A
veces lo que más desmoraliza a nuestro pueblo es ver a esa cantidad de
opositores declarados que trabajan en la administración pública, que sabotean
descaradamente la gestión de Gobierno y otros que lo hacen veladamente,
escondidos en una camisa roja, generando el caos y el desorden. Y con total
impunidad.
Para
muestra podemos comentar lo sucedido el fin de semana pasado con las jornadas
de alimentación programadas en distintos sectores humildes de nuestra ciudad
capital. En dichas jornadas, nuestro pueblo estuvo desde temprano haciendo
colas y esperando el camión con los productos. En muchos sitios el camión no
llegó y en otros lo hizo al día siguiente, lo cual fue aprovechado para que los
escuálidos se burlaran minando aún más nuestra moral. Ante esto, con nuestras
limitaciones y problemas, se hizo un esfuerzo organizativo para contener los
saboteos por un lado y por el otro el cansancio y la desesperación de quienes
hacían las colas. Al final, el agotamiento y la desmoralización van haciendo el
juego a favor del Imperio.
Pero
la estrategia que desarrolla el Imperio, secundada servilmente por los
vendepatrias que habitan nuestro territorio no es perfecta. Y es que no se
tiene en cuenta dos grandes fortalezas que tiene nuestra Revolución. En primer
lugar la existencia de un pueblo organizado y consciente, profundamente
chavista, que pese a las dificultades salió a votar en las elecciones del PSUV
para luego, junto a otros camaradas, construir la alianza perfecta, nunca antes
lograda. Esa alianza demuestra la firme voluntad de ese pueblo consciente que
está dispuesto a defender con todo nuestra Revolución.
En
segundo lugar, tenemos otra fortaleza contra la que no puede Imperio ninguno.
Es la inagotable moral y dignidad representada en nuestros héroes, que van
desde Bolívar hasta Chávez. Pero especialmente tenemos a un Chávez que nuestro
pueblo conoció, un Chávez que está vivo en la gente, siendo duro en la crítica
y amoroso en la solidaridad. Tenemos a un Chávez que nos engrandece como pueblo
revolucionario, que nos da luces para enfrentar al Imperio y que día a día nos
acompaña con su legado en la construcción del Socialismo.
La
Estrategia Imperial se tropezó con un Gigante, nuestro Comandante Eterno.
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