Omar Gómez
@omarfgomez
En el año 2013, en los meses de abril y diciembre, se realizaron
elecciones presidenciales y municipales, respectivamente, en Venezuela,
triunfando en ambas la Revolución. En las elecciones presidenciales,
Nicolás Maduro triunfó con una ventaja muy pequeña, de apenas un 1,5%.
Producto de la muerte del Comandante Chávez y del dolor del chavismo
que, desconcertado y herido, no pudo armar al partido para afrontar la
batalla electoral, se produjo un resultado en donde triunfábamos por un
poco más de 200.000 votos. La oposición, aprovechando esta debilidad se
fue con todo para las elecciones siguientes, las municipales,
calificándolas de referendo contra Nicolás Maduro. No obstante, la
derrota fue aplastante.Del total de alcaldías, el Chavismo logró ganar
aproximadamente en 256 representando un 76% mientras que la oposición
ganó 76, llegando apenas a un 22%. Más evidencia de cómo fue la derrota,
imposible.
No aceptar la realidad ha sido una conducta recurrente de la oposición,
quien ha convocado a manifestaciones para cuestionar los resultados. En
febrero de 2014 comenzaron una serie de protestas, llegando al punto
máximo el 12 de febrero en el que inundaron con guarimbas y violencia,
apoyados por los narcoparacos terroristas, a todo el país. Caracas,
Táchira, Miranda, Zulia y otras entidades fueron sacudidas por violentas
manifestaciones (todas en los sectores pudientes de las ciudades)
mientras el resto del país trataba de trabajar y estudiar pacíficamente.
Con mucha inteligencia y sin la represión acostumbrada de los gobiernos
puntofijistas, se logró ganar la paz para el país. Pero según la
oposición, a pesar de perder en las guarimbas, la guerra económica se
acentuaba, y el desgaste afectaba al Gobierno Revolucionario hasta el
punto de que dos eventos marcarían la derrota definitiva de Nicolás
Maduro y el éxito de "La Salida". Por un lado, esperaban una victoria
aplastante en términos de movilización y respaldo para las elecciones de
candidatos a diputados de la MUD. Por el otro esperaban que el PSUV
quedara claramente derrotado por la abstención en sus elecciones
internas. Perdieron en los dos escenarios.
La contundente y masiva respuesta del pueblo que salió a votar este
domingo 28 de julio fue la demostración de que las consignas que
pregonan que con bachaqueos y guerra económica con Maduro me resteo, no
es letra muerta. El pueblo revolucionario, altamente politizado como lo
está, inspirado en el pensamiento de Chávez, acudió mayoritariamente a
las elecciones dando un mensaje de altura, de civismo, de paz y de
rechazo a las guarimbas, al capitalismo y al modelo entreguista que la
oposición quiere imponer.
Pero lo más importante es que el Chavismo dio un mensaje a la dirigencia
psuvista en el que piden la confianza plena en el pueblo tal como la
tenía el Comandante. No puede ser que se concentraran los centros
electorales en unos pocos, porque se creyó que la participación iba a
ser menor. Es en los momentos de crisis que el pueblo se ha levantado
para defender el legado de Chávez, por lo que la respuesta del Partido
debe ser una siempre: confiar en el pueblo que es el sujeto y el alma de
esta Revolución.
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