Néstor Aponte
Resulta importante
para entender el desarrollo de la lucha de clases y el estado en que se
encuentra la relación de fuerzas en esa lucha establecer las diferencias entre
las protestas de la clase trabajadora y las guarimbas de la burguesía y pequeña
burguesía pro-imperial.
Aunque los medios de
comunicación internacional presenten estas manifestaciones de lucha fascista
como si fueran de igual naturaleza a las protestas desarrolladas por la clase
trabajadora; la realidad, es que responden a diferentes intereses, persiguen
objetivos distintos y aplican métodos de lucha diametralmente opuestos. En el
marco de un sistema capitalista la protesta de los trabajadores tiene en un
primer momento una carácter reivindicativo y re- distributivo de la riquezas y
el plus valor que se genera en la sociedad. Esa misma protesta en un estado
superior, transforma la lucha re- distributiva en una lucha por un
cambio de la sociedad; esto es, del capitalismo al comunismo, dada la
imposibilidad de lograr en el capitalismo la justicia que nace de la justa
re-distribución de los ingresos y plus valor en la sociedad. En el transitar de
las distintas etapas de esa lucha de clase los distintos sectores de la clase
trabajadora van rompiendo gradualmente con sus cadenas ideológicas de
dominación; a fin de, lograr un estado de consciencia que les permita asumir el
papel protagónico que se requiere de ella en la toma del poder económico,
político y social de la sociedad. Una consciencia que le de cause a la justicia
y la felicidad de los seres humanos en general. Cuando los intereses que se
promueven en la protesta están vinculados con la clase trabajadora y sus
objetivos están centrados en la toma del poder económico, político y cultural
entonces sus métodos de lucha están orientados a profundizar la participación y
la consciencia de todos los trabajadores; incluyendo, en esa participación a
todos aquellos que se ven limitados en sus necesidades materiales y
espirituales de vida en virtud de la demanda de acumulación de capital de la
burguesía y el imperialismo norteamericano. En ese contexto, son tareas de la
vanguardia revolucionarias el despliegue de las fuerzas revolucionarias de la
clase trabajadora para movilizar y canalizar la participación y acción
ideológica de los trabajadores contra la represión burguesa.
Por su parte, las
guarimbas fascistas responden a intereses propios del estado imperial
norteamericano y de la burguesía nacional pro imperial. La pequeña burguesía y
los sectores reaccionarios de clase trabajadora; junto al lumpen proletario
oportunista (caracterizados por los algunos delincuentes) encuentran en los
intereses imperiales una forma de retaliación política, económica y social
frente a lo consideran una agresión hacia ellos; esto es, una mejor
redistribución de riqueza en la sociedad. Retaliación que se expresa en la
exclusión, la discriminación y el racismo hacia el otro; hacia la clase
trabajadora y campesina. Es el conservadurismo capitalista expresado en sus
obedientes mancebos. Los objetivos de las guarimbas están orientados a la
retoma autoritaria y brutal del poder económico, político, social, cultural y
militar perdidos o reducidos por los representantes de los intereses
imperiales. Y eso objetivos se pretenden lograr
negando al otro, deteriorando el ambiente limpio en las ciudades; así
como, la convivencia ciudadana, criminalizándo las relaciones de solidaridad
humana del venezolano. Desactivando cualquier aplicación de la justicia
(dándole rienda suelta a los hechos
violentos) y ejerciendo la más brutal violencia para quien piense diferente. Su
métodos de lucha van dirigidos a ejercen un terror sobre la clase trabajadora y
la clase campesina, a fin de paralizar su capacidad de acción y anular su
consciencia; pero, también va dirigida a provocar estados alterados de
conciencias, sobre los grupos fascistas, que reduzcan su capacidad de
convivencia ciudadana facilitando que realicen acciones más violentas e
irracionales. Sus métodos de lucha son diseñados por militares del ejército
norteamericano bajo perspectivas sociológicas, psicológicas, comunicacionales y
militares para ser ejecutados por los grupos más oportunistas de la
delincuencia mercenaria (desadaptados, pranes, paracos, personal de los
servicios de seguridad privada y sicarios) bajo la mampara de manifestaciones o
de forma aislada. Estos grupos violentos se ocultan en la falta de
responsabilidad política e individual, en las redes “sociales”, en los ataques
de hacker y en el foquismo cobarde y virulento. Grupos que encuentran su apoyo
en la diplomacia, el sistema financiero y el aparato comunicacional de sus
padrinos imperiales. El objetivo de las guarimbas es crear una división de la
sociedad basadas en la exclusión, la discriminación, la intolerancia religiosa
y el racismo; ocultando, por esa vía cualquier vestigio de lucha de clase.
Pero, ese objetivo es complementario de uno mayor que pretende convertir a la
guarimba en una expresión nacional de una guerra asimétrica que se libra en el
plano internacional por el imperio norteamericano contra Venezuela.
Los métodos de lucha
de la clase trabajadora (con las protestas) y del fascismo (con las guarimbas) son distintos porque
responden a intereses y objetivos diametralmente diferentes y enfrentados. De
allí nuestra necesidad de combatir estos métodos en el plano cibernéticos con
nuestros hacker; así como, en el usos masivo de redes sociales propias. En el
plano económico, el desabastecimiento y la especulación con redes solidarias
familiares, comunales y con la producción casera; así como, con organización de
los consumidores y producción nacional. El aislamiento internacional
cooperación latinoamericana y con acuerdos de cooperación con países con
capacidad económica, diplomática y militar para enfrentar esta guerra internacional
asimétrica. Pero, también estamos obligados a dar la contra ofensiva con
contactos personales en las redes comunitarias de internet, en las radios y
televisoras alternativas o grupos de opinión nacional e internacional; así
como, en los foros internacionales. Estamos obligados a decir la verdad y a re-
equilibrar esta guerra sin cuartel que nos ha declarado el imperio
norteamericano. Viviremos y venceremos, que viva el socialismo, carajo!
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