Omar Gómez
Hace
unos meses atrás, luego de la derrota que tuvimos el pasado 6D, se hicieron
toda clase de balances, de análisis y de profundas autocríticas. En el seno del
Partido se dieron muchas discusiones y se elaboraron papeles de trabajo en el
que se propusieron un conjunto de acciones con miras a recuperar los espacios
perdidos y el nivel de apoyo de nuestro pueblo.
En
nuestro caso, se plantearon cuatro grandes líneas de acción (ver http://patriayautogestion.blogspot.com/2016/03/aportes-para-el-psuv.html)
las cuales se resumen en:
- Territorialización de la actividad del Partido.
- Separación de la alta dirigencia del Partido de los cargos de Gobierno.
- Máxima Democracia, empezando por la renovación y legitimación de las autoridades del Partido, en todos los niveles y en todas las instancias.
- Sobre los principios del PSUV: expulsión de los militantes incursos en hechos de corrupción, contrabando o bachaqueo, hablar con la verdad y tener instancias que controlen el funcionamiento y la honestidad de los militantes.
Estas
propuestas son de carácter organizativo y siguen teniendo plena vigencia. En el
orden ideológico y programático, el Presidente del Partido ordenó la creación
del Congreso de la Patria para dar la discusión más amplia posible para la
reconstrucción y el reagrupamiento de las fuerzas progresistas del país.
Luego
de más de seis meses, el balance que hacemos es negativo. No hemos avanzado en
lo organizativo, se ha profundizado la Guerra Económica y, aunque hemos tenido
algunas victorias, se siente al Partido fuera del escenario político. No se ve
al Partido en el día a día, acompañando al poder popular, enfrentando la
campaña mediática contra el pueblo o convocando a movilizaciones de calle.
Por
ejemplo, hemos hecho marchas y concentraciones por la mujer, contra el
imperialismo, por los afrodescendientes, por los obreros, por PDVSA, por los jóvenes
y estudiantes, por los CLAP, etc. Sin embargo, aún no hemos visto una marcha
del PSUV mostrando todo el poder de movilización y de convocatoria. Nunca hemos
visto al PSUV movilizarse a la embajada gringa para manifestar ante quiénes
representan al golpismo y el intervencionismo. Allí es donde queda la duda, ¿será
que algunos piensan que al no haber diferencia PSUV-Gobierno se entendería la
protesta como una agresión diplomática?
Las
paredes de nuestra ciudad también están mudas, no aparece casi ninguna
expresión de protesta o rechazo al intervencionismo gringo o a la Guerra
Económica. El Partido aparece también ausente de las instituciones y de las
discusiones sobre cómo enrumbar la economía. Aunque participamos en el Congreso
de la Patria, el Partido no ha tenido propuestas que se hayan discutido en
profundidad desde las bases. Por otro lado, la Derecha aparece envalentonada, haciendo
que muchos de nuestros militantes opten casi por ocultarse. Retornamos a los
momentos en que es un peligro transitar, nuevamente, con una camisa roja por
algunos sectores de la ciudad.
Por
esto, es necesaria una explosión en el PSUV, que se traduzca en una mayor
beligerancia, criticidad, creatividad en el trabajo al lado de los trabajadores
y del poder popular, recuperar la calle y el orgullo de ser militantes del PSUV.
Necesitamos al Partido de la Revolución profundamente renovado y con voluntad
de profundizar el Socialismo Bolivariano y Chavista que exige el pueblo
venezolano y latinoamericano.
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