Rafael Febles
En economía como ciencia social cualquier medida se dirige o se debe
dirigir a la gente y es precisamente la gente la que sufre y soporta el
embate del ataque a la economía y sus procesos. Lease, producción,
distribución, entidad monetaria, valor de la moneda, salarios, inversión
social y Subsidios, cualquier política económica debe considerar atacar
la coyuntura, medidas efectivas inmediatas y otras en plazos nunca
mayores de seis meses. Estas consideraciones la impone la realidad y la
experiencia si se ha aprendido algo es que la peor medida es no tomar
ninguna. Acá comienza en nuestro concepto la extensión de esta crisis
económica que por cierto no es debido al mal estado de la economía. Por
el contrario, estamos en presencia de una economía en cierto modo
desordenada, no obstante ello, existen niveles de producción e
importaciones que permiten abastecer a buena parte de la población, el
empleo formal se mantiene en niveles aceptables, lo cual desdice que la
economía no funciona.
Lo dicho con anterioridad, nos lleva a plantearnos el tema del
contrabando y la extracción de alimentos y combustibles e inmediatamente
nos sumergimos en el tema de los subsidios y nos hacemos la pregunta
siguiente: Porqué la gente hace colas interminables, porqué existen los
llamados bachaqueros, porqué se llevan la gasolina y respondemos:
básicamente porque existen los subsidios. Ahora bien, ciertamente los
subsidios han representado un acierto porque evitaron que existiera una
referencia para el consumo, no obstante, ha representado el lugar común
para crear desordenes habituales en la economía.
Al menos ya el ciudadano Presidente anunció el incremento del precio de
la gasolina que debe incluir el diesel y el fulloil, lo que en razón del
porcentaje que se fije, equivaldría a la desaparición de la extracción
de combustibles. Sucedería lo mismo si se procede a la
congelación de precios a fecha anterior y el subsidio se modifica de tal
manera que no siga siendo negocio cabalgar sobre la adquisición de
productos subsidiados a mayor precio, es decir modificar el precio que
aún debe permanecer en niveles aceptables y que puedan en cierto
presionar para que el "mercado" coadyuve a que bajen ciertos precios de
algunos productos., podríamos pensar que como aporte a la Emergencia
Económica presentada por el Ejecutivo y en consonancia con la aplicación
en la coyuntura se podrían presentar resultados favorables.
En realidad y lo digo sin empacho, que en economía hay ciertas leyes
creadas en el contexto capitalista y que a veces las manejamos sin
enterarnos y allí es donde hay que comenzar el debate de una nueva
economía sin complejos académicos ni dogmas económicos en búsqueda de un
mejor nivel de vida de la población. Aferrarnos a la inobservancia de
ciertas medidas nos llevaría a ejercitar la creatividad en materia
económica. Como economista no clásico por calificarlo de alguna manera,
me atrevo a asegurar que las ciencias sociales se deben armonizar con la
realidad concreta y debe ser esta la que nos dicte el manejo de la
conciencia en función de lo que se debe obtener y no adelantarnos a
resultados obtenidos en el contexto viejo y desgastado del determinismo
económico conocido. O inventamos o nos convertimos en repetidores de
dogmas económicos.
Ahora bien, la economía mundial pasa por una crisis que aunque no es
terminal aún, presenta síntomas iguales o superiores a la gran depresión
de finales de los años treinta del siglo XX y es la economía financiera
mundial la que se resquebraja día a día y representa para el
capitalismo mundial con EEUU a la cabeza y sus aliados europeos perdida
de la hegemonía y más aún cuando el Banco creado por China de
Infraestructura ha devenido en participación de países como Inglaterra,
Alemania entre otros. Y es precisamente nuestro país estando en el ojo
del huracán , quien advierte amenazas dado que particularmente EEUU
parece encaminado a tratar de recuperar Latinoamérica, en ese contexto
el país requiere tomar medidas de carácter urgente y cuyos elementos
contenidos en el Decreto de Emergencia Económica, deben ser aplicados en
tiempo perentorio, eso sí en el contexto de la política económica
general.
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