Omar Gómez
Hay
muchos camaradas que se declaran chavistas pero no maduristas. Y aunque para
los revolucionarios esto es un sinsentido, es conveniente hacer algunas
consideraciones al respecto.
Los Chavistas-No-Maduristas
son los que argumentan, como un Lei Motiv, que Chávez no hubiera permitido que
pasara lo que en la actualidad está pasando, que Chávez hubiera hecho otra cosa
o que Chávez estaría tomando decisiones que ya habrían terminado con la crisis
que tenemos. Estos son los mismos revolucionarios que, de manera acartonada y
dogmática, quisieron calcar modelos en Venezuela sin que consideraran nuestras
características especiales y peculiares. Quisieron importar un socialismo soviético
o cubano cuando en Venezuela requeríamos un Socialismo Bolivariano. He ahí la grandeza del Comandante que señaló
que nosotros debíamos ser forjadores del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.
Los Chavistas-No-Maduristas
no entienden que las situaciones que vivió Chávez y Maduro no son las mismas.
Chávez pudo enfrentar el golpe de 2002 y el revocatorio del 2004 con unas
condiciones económicas diferentes a las que tenemos en el 2015, en donde hay
una disminución importante de divisas por los precios del petróleo y en donde
hay unos aumentos en alimentos constantes a nivel internacional, con escenarios
de recesión y triunfos regionales de los factores de derecha.
Los Chavistas-No-Maduristas
son los que creen en el salto al vacío. Piensan que Maduro no ha dado la talla,
que no está a la altura del cargo que ejerce, pero entonces se quedan en ese
salto al vacío porque no proponen una alternativa, o en el mejor de los casos,
se quedan en una marea de propuestas que no cristalizan porque no asumen con
claridad, como lo hacía nuestro Comandante, lo que veladamente insinúan. Otros,
abiertamente le hacen el juego a la oposición golpista y asesina, llamando a no
votar por los candidatos del PSUV y del GPP, y dejando abierta la posibilidad
de que gane la derecha y que con eso se desencadene una serie de eventos que
conlleve a un golpe parlamentario, entre otros escenarios sombríos. Incluso
hablan de un voto castigo, sin imaginarse que lejos de voto castigo, eso sería
un voto de autocastigo y de suicidio.
Para
más ceguera, los Chavistas-No-Maduristas piensan que la guerra económica es una
invención del Presidente Maduro, que no hay tal guerra, o que de existir,
debería ser una guerra sin lesiones, sin sangre y sin molestias para todos. No
entienden que esta guerra declarada por el Imperialismo se traduce precisamente
en golpear despiadadamente en nuestra alimentación, en nuestra seguridad, en
nuestras familias y en agredirnos directamente a todos.
Los Chavistas-No-Maduristas
son los que, cuando estaba gobernando el Comandante, decían que Chávez era el
gran líder a seguir, pero que sus equipos, que sus apoyos no servían para nada.
Y resulta que los equipos eran designados por el propio Chávez, además, ¿cómo
pudo lograr el Comandante esa gigantesca obra de gobierno sin ese gran equipo
de revolucionarios que lo acompañaron? Continuando con esa mentira de los Chavistas-No-Maduristas,
ahora señalan que muerto Chávez, lo que queda no sirve. Mentira: para ellos la
Revolución siempre fue el enemigo a derrotar, porque precisamente, esos Chavistas-No-Maduristas
son enemigos de la Revolución.
Por
último, a los Chavistas-No-Maduristas se les olvidó que nuestro Presidente
Obrero fue el Canciller de la Patria por muchos años para luego ser el Vicepresidente
y terminar siendo designado aquel 8 de diciembre de 2012, por nuestro
Comandante, como el primer Presidente Chavista de Venezuela ¿Se equivocó Chávez?
de ser así, es algo contradictorio con lo que dicen los Chavistas-No-Maduristas,
quienes afirman que Chávez no se equivocaba pero Maduro sí.
Para
terminar, los CHAVISTAS siempre declaramos, como lo dijo nuestro Comandante,
que nuestra posición firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta y
total es de lealtad a la Revolución, al Socialismo, a nuestro Presidente Maduro y al legado de
nuestro Comandante.
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