Omar Gómez
Luego del
cierre de la frontera venezolana con Colombia se han dado una serie de
acontecimientos que, seguro, fueron previstos antes de tomar la decisión, pero
tal vez no con la intensidad con que se han dado. En primer lugar el suministro
de combustible por contrabando quedó completamente al descubierto, demostrando
que cuando se decía que más de un millón de litros de gasolina se iban a
Colombia, no se exageraba. Ocurrió lo mismo con los alimentos y hasta con el
dinero en efectivo que dan los bancos y cajeros y que los tachirenses no podían
conseguir por el contrabando y el bachaqueo. Cuando se le reclamaba a las
autoridades colombianas para que pusieran controles, lo que respondían era que
se exageraba al decir que Venezuela financiaba a Colombia con gasolina y
productos de primera necesidad. Con el cierre de la frontera todo lo que decían
nuestras autoridades quedó completamente demostrado.
Pero algo
que no se esperaba con el cierre de la frontera, era el cinismo con el que
Colombia iba a actuar. Por ejemplo el caso del Alcalde de Cúcuta merece mención
especial por lo, como dicen ahora, cara'e tabla. Resulta que por la gran
cantidad de gasolina que salía de Venezuela hacia Cúcuta, se multiplicaron los
buhoneros de la misma, los llamados pimpineros. El Alcalde de Cúcuta viendo una
oportunidad en ese negocio ilegal, los organizó en microempresas para empezar a
cobrarles impuestos. Así la Alcaldía no sólo recibía para su población gasolina
barata, sino que además recibía tributos del contrabando. Con gran cinismo y
desfachatez el Alcalde sigue denunciado cómo el cierre de las fronteras es una
violación de los Derechos Humanos por cuanto afecta económicamente a los
cucuteños.
Colombia se
ha movido en los escenarios internacionales, haciendo ver a Venezuela como el
agresor y a Colombia como una víctima de una medida arbitraria y contraria a
los Derechos Humanos. Ha pregonado en distintos organismos la maldad de
Venezuela y ha tenido repercusión, por supuesto, en los diarios de derecha, en
los editoriales de las grandes cadenas de noticias estadounidenses y por
supuesto en la cantidad de disociados que tenemos en nuestro país.
Otra
revelación que nos ha dado el cierre de la frontera es que las supuestas
diferencias entre Uribe y Santos no eran sólo de forma y no de fondo. Al
contrario, son lo mismo, es la rancia oligarquía que se vale del
narcoparamilitarismo para tratar de agredir a nuestra República. Pero eso no lo
entienden los apátridas que tenemos en el país, hasta el punto de que han
propuesto a Uribe como Secretario General de la OEA. Aunque la verdad es que un
narco-paraco en la OEA no le agrega ni le quita valor a una estructura que en
la práctica está muerta. Tal vez pudiera ser Uribe su sepulturero.
Pero aunque
el éxodo de colombianos hacia Venezuela es uno de los más grandes, o el mayor
del mundo en la actualidad, no es menos cierto que es muy diferente al que ocurre
en Europa en estos momentos. Los colombianos que han venido a Venezuela se han
integrado a la patria y han sido recibido como iguales, no ha habido diferencias
al momento de asignarles vivienda, garantizarles la salud o darles educación.
Por el contrario, han sido bienvenidos porque nuestra enorme solidaridad nos
lleva a entender que son desplazados, víctimas inocentes de un conflicto de
muchos años que vive Colombia y que es silenciado por los grandes medios de
comunicación.
Pero los
inmigrantes que llegan a Europa tienen un tratamiento totalmente diferente. Los
países de la Otán destruyeron naciones pujantes y ricas como Libia para
saquearlas como también han hecho con Sudán, Egipto, Siria, Etiopía y otros, para
que luego sus habitantes, sumidos en la miseria, al tener que emigrar sean perseguidos
por los mismos que robaron sus países ¿Adonde se fueron los más de 200.000 MM$
de las reservas Libias? Por cierto, ya Libia no es un país sino tres grandes
grupos que existen en el territorio antiguamente Libio. Mientras los
inmigrantes africanos y asiáticos son perseguidos y expulsados, sin el más
mínimo respeto a los derechos humanos, en Venezuela los inmigrantes son
recibidos con los brazos abiertos, dándoles casa, salud, educación, pero sobre
todo, dándoles una Patria.
Por todo
esto, los venezolanos y patriotas respaldamos las acciones de nuestro
Presidente Nicolás Maduro y pedimos no bajar la guardia, seguir por el camino
de Chávez y profundizar, cada día más, nuestra Revolución.
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