Omar Gómez
La crisis que golpea la economía del país ha obligado al Gobierno Nacional a
emprender una nueva Ofensiva Económica, la cual está basada en resolver tres
problemas principales. El primero es el de la producción, para
el cual se preveen mecanismos que la propicien y que aumenten tanto la
capacidad productiva del Estado como la del sector privado.
El segundo
problema es el del abastecimiento, el cual está íntimamente ligado a la
producción y a la lucha contra el acaparamiento y el contrabando. Y el tercer
problema tiene que ver con la especulación y los precios justos.
De estos
tres problemas, los dos últimos son parte de la guerra económica que libra el
Imperialismo a través de sus lacayos en Venezuela, es decir, la oligarquía parasitaria y rentista. Por eso,
los temas del acaparamiento, el desabastecimiento programado y selectivo, la
especulación y el contrabando, deben entenderse, junto a la despiadada
propaganda mediática en contra de nuestra economía, como parte de las armas con
las que en esta guerra económica nos ataca el Imperio. Por tanto, esos
problemas no cesarán de estar allí, y solo podrán terminarse cuando uno de los
dos Sistemas, el Capitalista o el Socialista, pueda finalmente triunfar.
Ahora bien,
cuando hablamos de la Construcción del Socialismo, el primer problema, el de la
Producción, pasa a un plano estelar. No hay Socialismo sin Producción, y
además, de calidad y en medio de relaciones de producción diferentes a las del
Capitalismo. No habrá Socialismo mientras importemos, mientras dependamos de
las marcas, mientras tengan más peso las necesidades del Mercado que las
necesidades reales de la población.
Preocupa
que el consumismo no sea atacado con una agresiva y permanente campaña de
ideologización que permita convencer al pueblo que lo más importante es resolver
las necesidades que el consumir por consumir. Cuando el pueblo compre un
celular por sus prestaciones más que por su marca, o cuando consuma mayor
cantidad de maíz y yuca que trigo, o cuando se privilegie el transporte público
y masivo por encima del transporte privado e individual, en ese momento
estaremos dando pasos importantes en la derrota del consumismo. Y derrotar el
consumismo es esencial en la Construcción del Socialismo.
Estamos
conscientes de que aumentar y diversificar la producción no es tarea fácil.
Hace unos años atrás el Gobierno diseñó el Plan Industrial Nacional con la
intención de satisfacer las necesidades reales del pueblo y sentar las bases de
la Construcción del Socialismo. Además creó la Comisión Central de
Planificación, con lo cual completaríamos la estrategia perfecta en el Modelo
Socialista, esto es, la Economía
Centralizada y Planificada. En ese momento se levantaron enormes expectativas
porque se definía de manera acertada y con precisión el camino hacia el
Socialismo. Desafortunadamente las presiones, la crisis financiera mundial del
2008 y 2009, la falta de formación de los mismos funcionarios y lo costosísimo
de dicho plan hicieron que pasara al olvido el Plan Industrial y la Comisión
Central de Planificación. También estuvo metida allí la “mano peluda” de las
transnacionales, asociadas a los planes de desestabilización y derrocamiento de
nuestra Revolución.
Volviendo a
nuestra actualidad, el problema de la Producción debe ser la prioridad y la
línea fundamental de la nueva ofensiva económica, ya que esta debe llevar finalmente
la prosperidad al pueblo. Sabemos que aún permanecen algunos reductos golpistas
de los sifrinitos que se auto-encierran
en sus ghetos del este del este. También sabemos que el desabastecimiento
programado y selectivo, y la especulación generan descontento en toda la
población. Pero estos problemas se pueden ir resolviendo para ir creando un
clima de paz que favorezca la
convivencia nacional. Debemos hacer los mayores esfuerzos por la Paz y
respaldar todas las iniciativas que en ese sentido adelanta el Gobierno
Nacional, tales como los Diálogos de Paz y la Conferencia Económica por la Paz.
Insistimos,
nuestro objetivo fundamental debe ser la construcción de un poderoso aparato
productivo como parte de una economía centralizada y planificada, que sea
fundamental en la fabricación de los bienes que satisfagan las necesidades
reales del Pueblo. Construyendo el Socialismo derrotaremos la Crisis, esa es la
única manera.
@omarfgomez
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