Néstor Aponte
Lo primero que hay
que ubicar en el desarrollo de una lucha es quién es el verdadero enemigo, en
segundo lugar cuáles son los intereses que lo mueven y en tercer lugar cuál es
la lógica de su mente. Y ello porque la guerra se libra en la mente del enemigo
y para ello hay que conocerlo. Pero, como también se libra en nuestra mente,
entonces debemos conocer nuestra propia mente para vencer en mil batallas.
En el desarrollo de
la lucha de clase venezolana y latinoamericana el gran y verdadero enemigo ha
sido el imperialismo norteamericano y en segundo lugar las burguesías traidoras
y acomodaticias de nuestros sub continente. Ahora en esta fase avanzada del
imperialismo norteamericano sus intereses no se limitan al robo de nuestras
riquezas o a un control distante de nuestra política. En esta fase se trata de
convertir a todo un continente en su mercado interno, en sus medios de
producción y en su fuerza labor. De aquí que sea más evidente su estrategia de
convertir a todo el continente americano en un único país con ellos a la cabeza
del poder político, económico, social, militar y comunicacional. No se trata ya
de colonialismo o neo colonialismo, se trata de simple anexión de 35 países enteros
a los estados unidos de norteamérica: de añadir 35 estrellas a la bandera
norteamericana. Y para este imperio existe una única lógica, que les ha dado
excelentes resultados de su fundación: el terror. Un terror que se expresa en la
violencia directa (militar, mercenaria y/o delincuencial), en el terror y la
mentira mediática que adormece, desvirtúa la realidad y neutraliza la mente, en
la droga real o virtual que elimina toda capacidad para pensar; así como, en el
terror financiero y diplomático que aísla y debilita a los Estado Nacionales.
El terror es su lógica mental. Pero, si eso es así, entonces, cómo derrotar una
mente terrorista. Cómo derrotar la mente de un enemigo que cree ferviente y
religiosamente en que el fin justifica los medios y que ellos están llamados a
gobernar como lobos sobre el rebaño de ovejas que les sirven de alimento.
La mente del
terrorista no tolera la paz, la verdad, el pensamiento propio, la identidad
nacional, la unidad y el desarrollo endógeno. La mentira y la violencia son sus
formas más arteras de caza para debilitar, aislar, traicionar, discriminar, dividir,
anular, atemorizar y eliminar la mente de su enemigo. Sin embargo, lo más difícil
de conocer de este mago de Oz sea, quién
es? Se oculta bajo el ropa de un Estado imperial de mil cabezas y diez mil
tentáculos e inclusive se oculta en una madeja de relaciones financieras. Pero,
se trata de un pequeño y vulnerable grupo de personas y corporaciones que
acumulan el capital del mundo. Que desde hace ya mucho tiempo perdieron toda
noción de la fantasía del dinero y se siente profundamente amenazado por el
entorno de otros imperios. De miedo tienen lleno su espíritu y el terror es su
manifestación.
El imperio terrorista
trabaja sobre nuestros miedos, exacerbándolos a límites desconocidos; para así
ocultar sus propios miedos. Desaparecer las relaciones de dominación que auto
generó el mago oz, en forma de capitalismo imperialista constituye la derrota
verdadera de su mente. Eliminar el miedo y la duda de nuestras mentes, con base
en la unidad de la diversidad, para la construcción del socialismo y la
integración de los pueblos latinoamericanos constituye la forma en que podemos
derrotar la mente temerosa y tenebrosa de nuestros enemigos imperialistas. Es
la unidad y la alianza de una economía socialista para Latinoamérica la que
derrotará la mente imperial. Pero, para conseguirlo, debemos conocer que
nuestras clase trabajadora todavía está muy dividida e inconsciente; todavía no
se siente parte fundamental de su auto transformación. Su pequeña burguesía se
bate entre revoluciones socialistas de carácter discursiva y política, que no van
más allá de una mejor distribución del ingreso del Estado en la clase
trabajadora, y la contrarrevolución reaccionaria y virulenta, pero dócil, al
servicio del imperialismo norteamericano.
La lucha imperial
contra la clase trabajadora venezolana y latinoamericana se desarrolla en dos
niveles: una internacional en un plano económico, mediático-comunicacional y
diplomático dominado en buena parte por el imperio norteamericano; ahora
enfrentada a una red de apoyos económicos, políticos y nacionalistas
latinoamericanos circunscritos al CELAC y UNASUR, que quieren debilitar. Y en
un plano nacional con una ataque mediático, foquista, delincuencial y mercenario-
paramilitar; que debemos contrarrestar con una coherente campaña comunicacional
que anule la guerra sicológica, movimientos de masa acompañados de respuestas
focalizadas, una acción policial contundente contra los delincuentes, que se
cuela en las acciones foquistas, y un ataque militar contundente y preciso a
sus fuerzas extranjeras mercenarias y paramilitares asentada en el país.
Confundir con ciudadanos a delincuentes y mercenarios es un grave error.
Finalmente, a la mente del imperialismo capitalista (al mago de Oz) se le
derrota con el desarrollo de una economía socialista para Venezuela y
Latinoamérica. Viviremos y Venceremos, que viva el Socialismo, Carajo.
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