Este miércoles 6 de junio, Siria fue estemecida por otra masacre. Esta vez, en el poblado sirio de Mazrat al Qubeir, a 20 kms de Hama, fueron asesinados 78 civiles, en una matanza que también fue atribuida, sin pruebas y de manera autómatica al Gobierno Sirio. Fresca está en la memoria la matanza de Hula, en donde fueron asesinadas 108 personas, la mayoría mujeres y niños.
Ya la vocera del imperialismo, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, declaró este jueves 8 de junio en Estambul, que calificaba la matanza de "inadmisible" y sostuvo que el
presidente sirio debe abandonar inmediatamente Siria. Así de simple, tal cual como exigieron en Honduras con Zelaya, a quien terminaron sacándolo por la fuerza (por lo menos no lo asesinaron), así mismo exigen en Siria que el Presidente deje su cargo y se vaya del país. Tamaña injerencia.
La posición imperial contrasta con la que tiene Rusia. El portavoz de la cancillería rusa tachó la masacre de
"bárbara", pero añadió que se trataba de una "provocación", la cual tendría como objetivo que fracasara el plan de paz de Kofi Annan.
Lo cierto es que la voz del Presidente Sirio, Bashar al Assad, es la que menos se ha oido, a pesar de denunciar constantemente las agresiones de que es objeto, la guerra civil en que tienen sumergido el país los grupos terroristas armados por el imperialismo y criticar contundentemente el injerencismo gringo.
Ya el Comandante Chávez ha manifestado la solidaridad con el Gobierno y con el pueblo Sirio. Los gringos no pueden triunfar, la solidaridad de los pueblos será la garantía de paz y de derrota de la política imperial guerrerista.
En Siria, en Irán y en Venezuela, ¡Los gringos no pasarán!
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