Algunos han señalado que la crisis financiera es la demostración del fracaso del Capitalismo. Se extienden en demostrar como los crack de las de las principales ciudades del mundo y las quiebras de importantes bancos, aseguradoras, y hasta empresas automotrices, son la evidencia de un modelo que se agotó. Y tienen razón; las crisis de las bolsas son el reflejo de la crisis inherente al capitalismo, un modelo insostenible que se ha mantenido gracias a la explotación y a la extracción de las riquezas de los paises en vias de desarrollo.
Pero la crisis del Capitalismo no se evidencia únicamente en las crisis financieras. Es más profunda y tiene que ver con el problema ético que nos indica como debe ser concebido el hombre. Tiene que ver con los valores que se presentan como únicos, correctos y universales. El capitalismo ha evidenciado su carácter decadente y explotador en la difusión de valores como el individualismo, la competencia y el egoísmo.
Lo de la crisis financiera es entonces una faceta de los tiempos turbulentos que se avecinan, en donde un sistema se resiste a morir en el momento en que está naciendo el socialismo, como transición hacia la sociedad ideal que deseamos.
Pero la crisis del Capitalismo no se evidencia únicamente en las crisis financieras. Es más profunda y tiene que ver con el problema ético que nos indica como debe ser concebido el hombre. Tiene que ver con los valores que se presentan como únicos, correctos y universales. El capitalismo ha evidenciado su carácter decadente y explotador en la difusión de valores como el individualismo, la competencia y el egoísmo.
Lo de la crisis financiera es entonces una faceta de los tiempos turbulentos que se avecinan, en donde un sistema se resiste a morir en el momento en que está naciendo el socialismo, como transición hacia la sociedad ideal que deseamos.
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