Cuando estudiaba en bachillerato y en la universidad, y hasta en la primaria, siempre creí, como buen ingenuo, que Venezuela era un país afortunado, pues teníamos muchas riquezas, teníamos por ejemplo la faja bituminosa del Orinoco, pero como contraparte teníamos a los adecos y copeyanos que como un designio de la providencia nos dejaba siempre en la miseria y en la categoría de país "subdesarrollado". Había tres mentiras en ese pensamiento.
La primera mentira, la de la faja bituminosa la desmontó el Presidente Chávez, demostrándonos cómo nos habían engañado durante años. Ahora somos el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
La segunda mentira, la de que los adecos y los copeyanos estaban destinados por la providencia para gobernarnos hasta el fin de los tiempos, la destruyó el 27F. Y luego, el 6 de diciembre de 1998, el Presidente Chávez terminó de pulverizar esa mentira (ya podemos decir que, más nunca volverán!!).
Pero hay una tercera mentira que sigue aun vigente entre muchos, es decir, que somos un país subdesarrollado. Hace unos años, escribía que tres elementos en nuestra cultura, nos diferenciaban enormemente de los países "desarrollados". El fundamentalismo, el Racismo y la Xenofobia son rasgos presentes en países como los EEUU, Inglaterra, Francia, España, Alemania y Japón, entre otros. Venezuela, por el contrario, es un pais abierto a las diferentes manifestaciones del pensamiento religioso y político, y siempre abierto a recibir con la generosidad más grande del mundo a quienes quieren hacer vida en nuestro país. Entonces, ¿quiénes son los desarrollados y quiénes los subdesarrollados?
Pero ahora, un hecho comunicacional tan insistentementedifundido por muchos medios nacionales e internacionales, pone en el tapete algunas preguntas que pueden servir para seguir ese debate de quiénes son realmente desarrollados y quiénes no, o mejor dicho, si sólo los criterios económicos o industriales son suficientes para etiquetar a un país de desarrollado o no.
¿Cuál es el trabajo productivo de la "realeza" en Europa? ¿Cómo consiguen sus ingresos? ¿Quién costea una Boda de casi 100 millones de $? ¿De dónde sale esa fortuna? ¿Quién elige a la "realeza"? ¿No es acaso la Democracia el sistema de gobierno que propugnan las naciones libres y desarrolladas en el mundo? Entonces, nuevamente, ¿dónde está el fundamento democrático de la "realeza"? Realmente ¿son desarrollados?
Veamos ahora el contraste, con otras preguntas. ¿Qué país está cumpliendo las metas del milenio, asume el Protocolo de Kyoto, garantiza la educación superior gratuita para todos, asume la salud pública gratuita para todos, aumenta los salarios, permite la más absoluta libertad de expresión, somete a referendum las reformas legales más importantes, expone a sus gobernantes a los referendos revocatorios, rechaza las invasiones imperiales, cuestiona el espiritu elitezco del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, construye la mas vasta infraestructura nacional sin parangón en el mundo con numerosos sistemas de transporte masivo, un audaz plan de viviendas y la recuperación vial en medio de una crisis climática producida por quienes se autodenominan "desarrollados"? Entonces, ¿no es acaso Venezuela un país desarrollado, y por el contrario, por ejemplo, Inglaterra, un país que vive en el atraso de regímenes medievales?
Con estas reflexiones es que insisto en que desmontemos la tercera mentira a la que aludía al principio. Venezuela no será un país desarrollado, Venezuela es YA un país desarrollado.
¡¡ Que viva nuestra Revolución !!
(y no dejemos de criticar y denunciar errores como la deportación del Director de Anncol, Joaquín Pérez Becerra)