Más de 20.000 barriles diarios derrama la BP en el Golfo de México. Un crimen ecológico de dimensiones incalculables que no podrá ser reparado en cientos de años. La prensa informa diariamente, sin fotos, los esfuerzos descomunales que realiza al empresa y la vocación ecologista de la misma al destinar dólares para recoger el petróleo. Tambíen señala los sofisticados métodos creativos que han empleado, infructuosamente, con la intención de mitigar el desastre. La bondad de la empresa no tiene límites.
Por otro lado, Israel ataca una flota de ocho embarcaciones, la "Flota de la Libertad", con ayuda humanitaria para los habitantes de Palestina, concretamente en la Franja de Gaza. En el ataque y la ocupación de los barcos, los tripulantes intentan repeler la acción lanzando sillas y cuanto objeto pudieron, incluyendo cuchillos de cocina. Mientras de los helicópteros artillados, desembarcaban soldados expertos, con armamentos de última generación, los desprevenidos militantes de la solidaridad sólo pudieron apelar a lo que tenían a mano. La prensa informó cómo los agresivos manifestantes agredieron a los israelíes, quienes no tuvieron mas remedio que asesinar a unos cuantos militantes que, de manera irreverente y subversiva se atravesaron en la trayectoria de las balas que fueron disparadas como advertencia.
A todas estas.... ¿qué ha dicho la ONU? el silencio de la organización y la imposibilidad de sancionar de manera efectiva y ejemplarizante a quienes están cometiendo estos crímenes contra la humanidad y contra la naturaleza y la posibilidad de que la vida perdure en el planeta, no hace más que confirmar el carácter decadente y moribundo de la Organización. Cuando el Presidente señala que el Capitalismo atenta contra la supervivencia de la humanidad, no es exageración, estas son manifestaciones de lo que seguirá ocurriendo mientras el mundo este en manos del Capitalismo.
Se hace urgente cambiar la ONU, es necesario deslegitimar las instituciones del capital. Venezuela debe abandonar el FMI, la OMC y debe liderizar, de manera agresiva el cambio de la ONU por una organización de iguales, sin supremacías de naciones y con la solidaridad, la justicia y la igualdad como valores universales.