miércoles, 27 de abril de 2016

Referéndum



Omar Gómez
En su locura por salir como sea del Presidente Chávez, la oposición venezolana, siguiendo instrucciones de sus jefes imperiales, inició en el año 2004 un proceso revocatorio en el que salieron con las tablas en la cabeza. Nuestro Comandante Chávez llamó a la Batalla de Santa Inés, logrando transformar el revocatorio en un proceso de reafirmación y relanzamiento de la Revolución. Los resultados electorales confirmaron el éxito de la Batalla y le dieron solidez al mandato del Comandante.

Actualmente la oposición está trabajando intensamente para un nuevo referéndum revocatorio en el que ya lograron conseguir las planillas que deben llenar con el 1% de los votantes para activar el proceso. Con las planillas llenas y verificadas por el árbitro electoral, deberán recoger luego el 20% de las firmas (alrededor de cuatro millones) para que se convoque el Revocatorio.

¿Son las condiciones actuales de la Revolución iguales a las que teníamos en el año 2004? si analizamos el estancamiento que hemos tenido en cuanto a nuevos electores y lo comparamos con el crecimiento que ha tenido la oposición, y si tomamos en cuenta la derrota electoral del pasado 6D y la Guerra Económica que continua, entonces podemos afirmar que no solo estamos en unas condiciones muy distintas, sino que además, estamos en una franca desventaja.

La Revolución ha triunfado enormemente en  dotar de condiciones materiales y de calidad a nuestro pueblo, construyendo viviendas, obras de infraestructura, ampliando la red de transporte público, en educación, salud, etc. Sin embargo la Revolución no ha  logrado avanzar en el campo de la conciencia y la formación ideológica, no ha tenido éxitos en derrotar el modelo consumista que el Imperio nos ha impuesto. Por esta razón vemos como el pueblo, incluso camaradas, se quejan de que no les han activado los dólares, o de las restricciones para viajar. En las inmensas colas que se hacen vemos también como muchos de los nuestros caen en la tentación de decir que ellas son por culpa de Maduro.

Otro discurso que repiten es que si Chávez estuviera aquí no habría colas. Ese argumento no tiene sentido, porque recordemos las colas que se dieron durante el sabotaje petrolero de finales de 2002. En aquel entonces, la gente hacía las colas pero sabía de quien era la culpa. Hoy eso no está claro para las grandes mayorías. Esa fue una de las razones por la que perdimos el pasado 6 de diciembre.

Tal vez lo que es más grave en este escenario que se está describiendo, es que pareciera que no hemos tomado conciencia de lo que significaría perder la Presidencia de la República. Ya no vale el argumento que algunos camaradas dieron el pasado 6D, diciendo que necesitábamos una bofetada para reaccionar. Perder la Presidencia es perder la Revolución, porque sabemos que la derecha llegaría, tal como lo demostraron en la Asamblea Nacional, tratando de borrar no sólo la Revolución, ellos van a tratar de exterminar a los revolucionarios. Perder la Presidencia es también perder el sueño de transformación mundial en el que nuestra Revolución se convirtió, sería tener en la mira a Nicaragua, a Bolivia y a Ecuador, sería perder nuestra influencia en los pueblos que luchan en el medio oriente, en África e incluso en los EEUU. Para ellos sería perder una esperanza, sería fallarle a nuestro Comandante y al Padre de la Patria.

Tenemos una responsabilidad gigante. La Revolución no se puede perder, está en juego el presente y el futuro de nuestros hijos y el de nuestro planeta. Vamos a defender, hasta nuestro último aliento, la Revolución Bolivariana, Chavista y Socialista.

lunes, 25 de abril de 2016

En Relación a las Traiciones. La Calle del Medio

En la calle del medio, donde suelen transitar los seres dignos, no hay lugar ni espacio posible para irreverentes , las vacilaciones no existen como de ninguna manera los traidores, todo absolutamente todo, es frecuencia de verticalidad, no nos imaginamos a otros que fácilmente cruzan la frontera muy visible que los hace vulnerables, ellos son los que andan en espacios carcomidos por el germen de la mentira, la mediocridad y el ostracismo social.

En la Calle del Medio solo andan los patriotas de hueso duro de roer, los comprometidos de alma mente y cuerpo , los que con la utopía a cuestas, sueñan y cantan con el futuro y la esperanza; esos mismos que doblegan la espada ajena, la que no tiene punta que brilla, la que acribilla, la que huye del amor y la inclusión.

En la Calle del Medio, están los que ayer lucharon y jamás se han rendido, los que mantienen en sus bóvedas de vida la rectitud hecha constancia, los que hoy ofrecen como antes sus esfuerzos y vida por la patria que nunca verán, los verdaderamente revolucionarios, es decir la esencia misma de la vida transformada en compromiso eterno.

En la Calle del Medio, no pueden pasar los impuros de alma, los engañadores de oficio, los que ayer horadaron el sentido y hoy vilipendian a la patria. Bajo la más feroz entrega al foráneo, al invasor invisible, al culpable del alma innoble, al fraticida inocente a veces, al que odia sin motivos, al que no tiene motivos por no tener nada, al desenfrenado hecho de orchata, al meláncolico de recuerdos de entrega, al triste de vida triste, al que renuncia a la patria sin renunciar a ella, al que entrega sus hijos en brazos de la vileza, en fin, al que no tiene corazón de patriota, al que no le duele el dolor ajeno, al hace mutis frente a la injusticia, el todo resume que el norte de la frontera patria se extiende hacia todos lados sin límites y abandono de coordenadas.

La Calle del Medio es igual a la renuncia de privilegios, de abandono del ser burgués, de la asunción de la igualdad social, de la igualdad de género, del compartimiento del bien material, del apartado del egoísmo funcional, de la envidia social, del ser por encima del tener.

La Calle del Medio no es vitrina de cuerpos para la exhibición, no es camino de andar sin pensar,de recorridos furtivos, de banalidades culturales, de palabras vacías, de estereotipos sonrojados, de canaletes de viaje, de tarrayas sin huecos, de propaganda maligna y subliminal.

La Calle del medio es recorrido para la vida, es encuentro de futuro, es esperanza y buenos presagios, es el amor en la lucha diaria, es el combate de las nuevas generaciones, es sobremanera dar y responder los buenos días.

Me puedo hacer muchas preguntas y encontrar respuestas inmediatas, esa es la Calle del Medio. Cualquiera en la Calle del Medio, puede aclarar dudas y confusiones, es un diccionario abierto que despierta letargos y vuelve a la vida, la simplicidad y el diálogo es un norte necesario; capacidades por doquier nos indican que no hay gente en el aire de las ideas, el alimento es la ideología sencilla, basta la buena voluntad, todos buscan la felicidad hecha vida y combate, esa es la Calle del Medio, donde los honestos caminan sin sombras y donde el árbol de la vida nos da sombra e ideas.

viernes, 22 de abril de 2016

Los Infiltrados


Omar Gómez

Desde que la izquierda se ha organizado para la toma del poder político y para la construcción del Socialismo, ha tenido infiltrados en sus filas. La izquierda y en general el Movimiento Revolucionario tiene como característica la multiplicidad de voces que lo integran. Por ser tan diverso, podemos encontrar distintos niveles de formación y de experiencia política, podemos encontrar camaradas confundidos, algunos escépticos, otros optimistas, algunos pesimistas, incluso encontramos a muchos con pensamientos de derecha, pero que simpatizan con los objetivos de la Revolución.

Esa unidad en la diversidad es sumamente delicada, y solo el genio grandioso del Comandante Chávez logró la unidad de todos los revolucionarios en torno a un proceso Bolivariano y Socialista. Pero apenas murió el Comandante, afloraron mezquindades, liderazgos enfrentados, etc, lo que ha dificultado enormemente la Unidad de los Revolucionarios.

Sin embargo, también es conocido que una de las tareas fundamentales de la Revolución es acabar con el Capitalismo y con el Imperialismo, por lo que este siempre ha reaccionado de manera violenta buscando extinguir las ideas asesinando a los revolucionarios. Para nadie es un secreto cómo las principales agencias imperiales como la CIA y el MOSSAD han infiltrado los movimientos revolucionarios para dividirlos y para asesinar a sus principales figuras. ¿Alguien está absolutamente convencido de que la muerte del Comandante fue totalmente natural? Históricamente hemos sido víctimas de asesinatos por parte del Imperio de turno, y allí está el asesinato de Sucre y de Zamora para testimoniarlo, y las dudas que mostró el Comandante sobre la muerte de Bolívar.

Pero muchos camaradas siempre han creído que esos agentes de la CIA y del MOSSAD, cuando infiltran el movimiento revolucionario van a ser fácilmente identificables. Creen que ellos van a ser unos catiritos que, con acento gringo, van a estar en contra de todo y van a usar el lenguaje de la derecha. La realidad es que no es así, nunca ha sido así. La CIA y el MOSSAD reclutan a sus agentes de las propias filas de los revolucionarios. Son criollitos, caribeños, con un discurso de izquierda y supuestamente comprometidos con la Revolución. Se les distingue porque tienen la especial habilidad para figurar, para identificar liderazgos, para enfrentar grupos y para dividirlos. Tienen, inexplicablemente, mucho tiempo libre para operar, siempre saben de todo y siempre quieren liderizar todo, siendo expertos en todas las áreas del saber humano. Por ser así, muchos lo identifican con un cuadro logrando aglutinar gente alrededor para luego dividir.

Nuestra Revolución ha estado infiltrada por estos personajes. Desde un Miquilena hasta un escolta como Leamsy Salazar, desde un Simonovis hasta un Herber García Plaza, todos ellos infiltraron la Revolución. Han penetrado en los cuerpos de seguridad, en los militares y hasta en un tema tan sensible como el de la Alimentación. Los infiltrados son astutos, hábiles y guabinosos. Están formados y financiados para eso. Pero ellos no solo se infiltran en el alto nivel. También ocurre en el movimiento popular, en los movimientos revolucionarios de base y en el poder popular.

La tarea de los revolucionarios es estar alertas ante estos infiltrados. Que lo digan los revolucionarios de Yumare y Cantaura, a quienes un infiltrado logró delatarlos con el lamentable resultado conocido por todos. No debemos caer en una cacería de brujas, ni en alarmismos, pero si estar siempre  alertas, trabajando siempre con el pueblo, porque para rematar, los infiltrados son puro discurso y nada de acción real.

miércoles, 13 de abril de 2016

La triste historia de la filosofía y las humanidades en Venezuela



Bernardo Ancidey
Navas[1] reporta que Filosofía era la carrera preferida de la élite colonial dominante en Venezuela, al acumular el 54,17% de 2.576 egresados de la universidad caraqueña entre 1725 hasta 1821. Con la independencia y el nuevo modelo universitario creado por Bolívar y Vargas a partir de 1826, esta situación cambiaría, al igual que ocurriría en casi toda Latinoamérica, pasando de la vieja universidad católica y teleologa basada en el modelo de Alfonso X “El Sabio” en el siglo XIII para las vetustas Salamanca, Valladolid, Toledo y Ávila, hacia la nueva universidad de abogados, descrita por Vessuri[2].

No está demás señalar que la Medicina de José María Vargas elevada en dignidad con la reforma universitaria de 1826, en realidad no constituyó ningún avance dado el estado de atraso de dicha disciplina para la época. Lo que sí fue importante fue el inicio del descrédito de la Filosofía como disciplina frente al nuevo Derecho (no canónico), vital para el control del gobierno de las nuevas repúblicas por parte de las élites oligarcas criollas.

A medida que progresa el siglo XIX hacia el XX, dos nuevas disciplinas se consolidan en el ámbito universitario venezolano: la ingeniería civil (nacida de la Filosofía) y la medicina con base científica, enlazadas al pensamiento positivista con la llegada de Adolfo Ernst a Venezuela y el apoyo brindado por el Gobierno de Guzmán Blanco según el relato de Plaza[3].

El arrinconamiento intelectual de la filosofía sería de tal magnitud, que de manera gradual e inexorable deja de ser una carrera en sí y se convierte en un mero curso previo para la obtención de otros grados universitarios. Para 1912 la Filosofía desterrada por el positivismo universitario, desaparece académicamente. Habría que esperar hasta 1946 cuando nuevamente se reabren los estudios de Filosofía en la UCV, de la cual derivarían casi todas las disciplinas tradicionalmente consideradas como humanísticas.

El desprestigio social de la Filosofía y de las disciplinas humanísticas derivadas de la misma, tiene su raíz en el surgimiento y consolidación de la hegemonía intelectual del capitalismo en nuestro país, iniciado a fines del siglo XIX y consolidado a todo lo largo del siglo XX. Las nuevas necesidades sociales impulsadas por la racionalidad del capital, priorizan el control sobre el cuerpo y la naturaleza, de modo que no queda espacio para la reflexión humana.

El impacto ha sido tal, que pese a su reapertura, jamás los estudios humanísticos en Venezuela han sido apreciados ni por los gobiernos de turno ni por la sociedad en general. Las estadísticas de los procesos nacionales de ingreso de la Oficina de Planificación del Sector Universitario, muestran que las disciplinas humanísticas, junto a las de ciencias naturales y agroalimentarias, son el área de conocimientos menos demandada por los aspirantes a cursar estudios universitarios en los últimos años. Se salvan del desdén, aquellas carreras algunas veces englobadas dentro de las humanidades, cuyo origen no deriva de filosofía y letras, sino de otras disciplinas relacionadas con la mente y la imagen, como el caso de psicología, idiomas, comunicación social y las relacionadas con audiovisuales.

Si revisamos nuestra gestión pública universitaria en materia de creación de nuevas instituciones, carreras o Programas Nacionales de Formación (PNF), resalta de manera chocante, que la casi totalidad de la nueva oferta está concentrada en disciplinas técnicas o profesionalizantes, siendo escasa la presencia de las humanidades y nula en el caso de la Filosofía.

La conclusión es que nuestra gestión, autodenominada humanista pero demasiado preocupada por lo cuantitativo, no ha hecho sino reproducir y reforzar la hegemonía intelectual del capital a lo interno del mundo universitario, al continuar despreciando a la Filosofía y a las Humanidades en general, al igual que lo hizo por más de un siglo la derecha gobernante.

Paradójicamente, el vacio en la enseñanza universitaria de la filosofía deja como único ganador al pensamiento medieval clerical en instituciones vinculadas a la Iglesia Católica, en otras palabras, al anti-humanismo.

¿Habrá alguna posibilidad, aunque sea remota, de cambiar el rumbo?



[1] Navas, A. (1946). Una aproximación a la historia de la fundación de la Facultad de Humanidades y Educación en la Universidad Central de Venezuela. Caracas: UCV.
[2] Vessuri, H. (1995). El proceso de institucionalización. En J.-J. Salomon, F.Sagasti, & C. Sachs (Edits.), Una búsqueda incierta: Ciencia, tecnología y desarrollo (págs. 199-233). México, México: Fondo de
Cultura Económica y Editorial de las Naciones Unidas
[3] Plaza, E. (1988). José Gil Fortoul (1861-1943.) Los nuevos caminos de la razón: La historia como ciencia, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia

lunes, 11 de abril de 2016

Del Tener al Ser



Omar Gómez
El Capitalismo es esencialmente la sociedad del tener. Tanto tienes, tanto vales. El hombre es medido en base a sus pertenencias y, por supuesto, en base a su cantidad de dinero. No importa lo que sepas, lo que hagas, lo que seas, si no tienes entonces no eres.

Uno de los instrumentos que usa el Capitalismo para imponer su visión es el consumismo. No se puede ocultar la lucha de clases que algunos quieren presentar como algo fuera de moda o que tiene que ver solo con el pasado. El consumismo es, en esa lucha de clases, un arma que doblega a nuestros pueblos por la vía de la conciencia. El consumismo se dota de las armas más sofisticadas del Marketing, la sicología de masas, la publicidad exacerbada y los chantajes morales. Nos induce de una manera despiadada e irresponsable a consumir. Pero el problema no es solo consumir, sino que hasta los patrones de consumo son planificados con la intención de expoliar a nuestros pueblos al máximo.

Visto así, el consumismo tiene entonces varios fines. Doblegar nuestra conciencia, obligarnos a consumir por encima de nuestras posibilidades, pero además, alienarnos por la vía de la imposición de patrones de consumo que van por encima de nuestra cultura, historia e indiosincracia.

El imperialismo, perfectamente consciente de  esta situación, sabe que el consumismo es una manera de derrotarnos. Una prueba de esto es McDonalds, que lejos de ser una inocente firma de comida rápida, es más bien una empresa que nos obliga a cambiar patrones de consumo, que nos impone una manera de relacionarnos, que promociona un tipo de sociedad que es imposible de sustentar ambientalmente y que reivindica valores de individualidad y competencia.

En Venezuela hemos visto cómo nos han impuesto patrones como el del vehículo individual (el cual no resuelve el problema del transporte, sino al contrario, lo agrava) o lo que se ha denominado la cultura del trigo. Somos un país que consume diariamente pan, pasta, pastelitos, cachitos, las tortas de cumpleaños, pizzas, galletas, panquecas, etc, etc. Se consume una alta cantidad de productos basados en el trigo, el cual es totalmente importado. El Estado al parecer no ha tomado conciencia de lo que esto significa, y más bien ha hecho esfuerzos por importar grandes cantidades de harina de trigo. Pero no se ha quedado allí, también se ha puesto a crear redes de panaderías e incluso, el Poder Popular, tiene como uno de los proyectos productivos más repetido el de la Panadería Comunal. Con el trigo nos hacen depender de las importaciones, y además se llevan nuestras divisas.

Lo de la cultura del trigo es solo un ejemplo, que se puede complementar con otros en donde los patrones de consumo e incluso las modas, se montan por encima de las necesidades reales. Son necesidades impuestas que al final nos empujan hacia el Capitalismo. Se podría citar los smartphones, las marcas de ropa o zapato, las prendas, relojes, etc, etc.

El papel del Socialismo es lograr la construcción de una sociedad en donde la importancia plena la tenga el ser humano, en donde el valor del trabajo sea la condición para la realización humana, en donde el saber sea más importante que el dinero y en donde seamos reconocidos como seres humanos y no como seres cosificados por las mercancías que poseemos.

La lucha por el Socialismo es la lucha por pasar de una sociedad del tener a una sociedad del ser.