jueves, 25 de febrero de 2016

La Comuna



Omar Gómez
Venezuela resiste una de las agresiones más fuertes del  Imperialismo que se traduce en una salvaje guerra económica, un bombardeo mediático envolvente, una guerra de baja intensidad que se vive en el paramilitarismo y sus bandas delincuenciales, y un sabotaje a todas nuestras operaciones económicas y financieras a nivel internacional. Nunca como antes Venezuela había estado tan acorralada por el Imperialismo y sus secuaces nacionales.

Ese contexto es el que explica el desabastecimiento programado, la escasez inducida y la inflación artificial, esta última auspiciada por una página web que hasta ahora no se sabe por qué no la han tumbado. Además, el Imperialismo ha penetrado por la vía de la compra de conciencias y de la corrupción, ofreciendo dólares a aquellos que se han dejado comprar, y cuando no, han sido víctimas del hampa. En medio de esta situación, la Asamblea Nacional, totalmente plegada al Imperialismo y a la burguesía parásita juega un papel fundamental para desmontar el Estado y las leyes del Poder Popular que progresivamente se han ido construyendo en la Revolución.

Sin embargo, a pesar del panorama desolador y amenazante que vive la Revolución, el pueblo de Bolívar y Chávez se organiza y resiste dando una batalla heroica, digna de nuestros antecesores, los Libertadores. Emulando al pueblo vietnamita que fue capaz de derrotar al Imperialismo, así mismo, el pueblo venezolano y sus diversas formas de organización del Poder Popular se organiza, enfrenta y va derrotando al enemigo, con avances, con retrocesos, pero con la mirada en el futuro.

Por lo anterior es que decimos que ahora más que nunca se hace vigente la sentencia de nuestro Comandante "Comuna o Nada".  Para los Chavistas la visión de un Estado Comunal implica la construcción del Socialismo, es decir, el pensamiento bolivariano de la sociedad de mayor suma de felicidad social. La derrota del  Imperialismo está asociada al triunfo que tengamos como pueblo organizado en la construcción del Estado Comunal. Cada Comuna que logremos organizar, y van hasta ahora 1.475 registradas, es una colina más que alcanzamos en nuestra batalla contra el Imperialismo.

Por eso debemos insistir en la formación de las Comunas en todos el país, logrando que el mayor espacio geográfico y la mayor población posible esté bajo la organización comunal, y promoviendo que estas utilicen todo el potencial productivo para generar riqueza colectiva en emprendimientos autogestionarios. Sin embargo, la Comuna debe tener también una formación permanente, desde el trabajo, desde la innovación en su entorno, que aproveche la experiencia práctica y que resalte los valores de la solidaridad, la cooperación, la colaboración y la complementariedad con las otras comunas. Estos valores son los que permitirán dar saltos en los niveles de agregación de las comunas, para ir construyendo las ciudades comunales, las federaciones, las confederaciones, para finalmente llegar al Estado Comunal. El  trabajo comunal con esos principios señalados y que se oponen a la competencia, el individualismo y el egoísmo permitirá construir nuevas relaciones de producción que a su vez generarán un nuevo modo de producción, el Socialismo.

Pero la  formación debe incluir, además de lo técnico y lo político, nuestra interpretación de la Historia, nuestro cuestionamiento al Capitalismo, debe estar sustentado en una visión originaria como decía Simón Rodríguez, con una concepción toparquista, que reivindique y  estudie experiencias como la Comuna de París, pero también las experiencias comunales que desde nuestros ancestros indígenas hasta la actualidad se han dado en nuestro país.

Hoy la humanidad libra una cruenta lucha contra el Capitalismo y  el Imperialismo, y es en Venezuela y en las comunas en donde se construye la esperanza de una sociedad de paz, de igualdad, de libertad y de justicia. Es en Venezuela en donde se libra la batalla final por el Socialismo, sintámonos orgullosos, comprometidos y alertas de la responsabilidad histórica que tenemos ante la Humanidad y ante los ojos de nuestros Libertadores, de Bolívar, de Sucre, de Miranda, de Zamora, de muchos más y por supuesto de nuestro Comandante Chávez.

lunes, 22 de febrero de 2016

Parasitismo burgués, no es insulto ni metáfora, es una caracterización correcta

Bernardo Ancidey
Una querida amiga me reclamó el uso de adjetivos denigrantes en otro artículo1 para referirnos al adversario político. Le señalé que calificarlo como burguesía parásita no es un adjetivo denigrante y tampoco un recurso retórico como la metáfora, sino un modelo adecuado para caracterizar la relación de la burguesía venezolana con su propio país, y en especial con el Estado y la economía.
Le pido un poquito de paciencia a mi amigo lector para explicarme.
A diferentes niveles de organización de la materia es posible encontrarse con el fenómeno del parasitismo. En biología se define como una relación íntima y obligatoria entre dos organismos heteroespecíficos durante la cual el parásito, usualmente más pequeño depende metabólicamente del hospedador2. Pero el concepto trasciende a la biología y se extiende a todos aquellos sistemas en no equilibrio en los cuales aparece el fenómeno de la auto-organización y que pueden presentarse en otros niveles organizacionales, desde el mundo de la física microscópica hasta los sistemas sociales.
Hasta donde sabemos la organización de la materia en estructuras, denominadas disipativas por Ilya Prigogine, ocurre como respuesta de los propios sistemas para expulsar entropía de una manera más eficaz que la materia desorganizada. Los procesos que conducen a la auto-organización de la materia son no lineales y la misma dinámica que crea la organización también conduce a su debilitamiento o destrucción a través de procesos de segundo orden. No es pues un fenómeno extraño sino inherente al propio proceso de organización de la materia, es como dirían algunos, una dialéctica en la cual lo nacido conlleva el germen de su propia destrucción.
El ejemplo por excelencia de parasitismo derivado de los propios procesos de autoorganización se encuentra en los seres vivos, los cuales han alcanzando muestras extraordinarias de sofisticada complejidad. Por su parte, físicos e ingenieros reconocen de inmediato en su ámbito a las llamadas corrientes de Foucault o parásitas, engendradas por la misma dinámica electromagnética que permiten obtener energía eléctrica para nuestros hogares y fábricas. Los informáticos y expertos en comunicaciones también conocen los ruidos o distorsiones en la información causados por los procesos de retroalimentación en la generación o transmisión de la información. En este último caso el “ruido” es el parásito.
Lo que guardan en común estos fenómenos es la presencia de una dinámica que origina un efecto principal, la organización de la vida o la generación de un flujo eléctrico o de información, pero que en un segundo orden genera una dinámica contraria al efecto principal. En el caso de la biología se obtiene un debilitamiento o destrucción de la vida y en los otros dos una pérdida de energía o de información. Si intentamos amplificar los efectos principales podemos obtener paradójicamente un debilitamiento del sistema global, porque se incrementan los efectos no lineales contrarios al efecto principal deseado.
Evitar o reducir las pérdidas es todo un tema de investigación básica y aplicada muy interesante, pero que nos aleja de nuestro objetivo principal que es la comprensión del parasitismo y como este es un fenómeno que también se manifiesta en lo social.
La diferencia más notable entre el parasitismo biológico y el observado en los otros ámbitos naturales, es la capacidad de adaptación del parásito a un entorno cambiante. Y justamente este potencial también se manifiesta en el siguiente nivel de la organización de la materia y que tiene como precedente al nivel biológico: el nivel social. Pero antes de abordarlo continuemos analizando los elementos que caracterizan al parasitismo a nivel biológico y cómo puede ayudarnos a entender, más allá de la metáfora fácil, al parasitismo en el nivel social.
En el concepto prestado de la biología, identificamos la presencia de al menos dos entidades: el hospedador y parásito propiamente dicho. No está demás decir un parásito puede tener varios hospedadores a lo largo de su vida, como el caso de la bilharzia que aprendimos en la escuela.
En esta relación, el parásito siempre obtiene una ventaja a costa del hospedador, y ésta es sin duda la característica principal del parasitismo. Si llegara el caso que el hospedador obtiene una ventaja del parásito, ahora la relación sería beneficiosa para las dos y estaríamos en presencia de lo que se denomina mutualismo.
Ahora bien, el parasitismo puede implicar un daño para el hospedador, de modo que en este caso éste último buscará la forma de deshacerse del parásito. Esto no le conviene al parásito y él también buscará maneras de evitar ser expulsado de su hospedador. A partir de aquí se inicia una verdadera guerra sin fin en la cual a cada acción realizada por uno le corresponderá una reacción del otro en sentido contrario. A este proceso se le conoce como co-evolución y puede no tener fin, terminar con la desaparición del parásito o del hospedador, o llegar a una situación de equilibrio en la cual ambos sobrevivan. Por supuesto nunca se tendrá una palabra final porque los cambios en el entorno pueden reavivar estas batallas en cualquier momento.
Sin embargo, las situaciones de equilibrio (siempre inestables) son interesantes, porque se dan en el momento en que el parásito prácticamente se integra con su hospedador. Algo así parece haber ocurrido con nuestra flora intestinal, que aún cuando está compuesto por agentes extraños a nuestro cuerpo, vivimos en paz con ella desde que andábamos por las ramas de los árboles y tal vez mucho antes.
Bajo esta óptica, el parásito fracasado es aquel que acaba con su hospedador sin poder reproducirse, mientras que el exitoso es aquel que logra que el hospedador lo acepte y puedan ambos seguir viviendo juntos. El virus del Ébola es aleccionador en este sentido, los epidemiólogos han observado que la reciente cepa que actuó en Liberia y otros países africanos, es menos letal que la observada en anteriores brotes. El virus ha mutado para no ser tan letal, de modo que su portador viva más tiempo y le dé oportunidad para propagarse a otros hospedadores. Si el hospedador muere rápido no le daría tiempo al virus de propagarse y terminaría muriendo con su hospedador.
Los virus de la gripe por su parte son excelente parásitos, porque casi nunca matan al portador y se propagan de la manera más fácil, es decir cuando usted y yo ya estamos contagiados, pero tenemos suficiente fuerza para ir a la calle y contaminar a muchísima más gente.
Y finalmente los mejores parásitos para nosotros son aquellos con los cuales terminamos desarrollando una relación mutualista, en las cuales ellos prácticamente se integran a nosotros brindándonos beneficios, como los ya comentados de la microbiota contenida en nuestro colón. Pero esto no es resultado de una relación fundamentada en una visión rosa de la naturaleza. Nada que ver. La forma como esa microbiota llegó a la santa paz con nosotros se debe a los mismos mecanismos con los cuales opera todo parásito, es decir engañando a nuestras defensas para que no los ataquen y esto lo hicieron disfrazándose e infiltrando al “enemigo”, es decir a su hospedador, al punto que este lo termina viendo como parte de sí mismo o es efectivamente parte de sí mismo3.
En esta lucha y convivencia entre parásito y hospedador, el primero puede alcanzar un grado de especialización tan sofisticado que prácticamente no puede existir fuera de su hospedador porque en el camino evolutivo se ha deshecho de todas aquellas capacidades que en algún momento del pasado le permitían existir por sí mismo sin necesidad de parasitar a nadie. Literalmente estos seres se simplifican, quedándose con lo único que necesitan para seguir parasitando.
Me imagino que más de uno al leer esto verá inmediatamente retratada a la burguesía venezolana, adherida como excrecencia maligna al cuerpo social venezolano, deshecha de toda capacidad para generar y producir riqueza de la forma en que es de esperar dentro del capitalismo, es decir invirtiendo en negocios que generen riqueza de la cual apropiarse. Todo lo contrario, sin capacidad para producir nada, se ha adaptado para captar la riqueza generada por el Estado venezolano, a través de mil y un trucos que le permiten enriquecerse fácilmente sin arriesgar ni un solo dólar. Es una clase burguesa simplificada.
Pero las similitudes no terminan aquí. Los parásitos desarrollan estrategias para controlar al hospedador de manera que este no solo deje de actuar contra él, sino que vaya más allá, convirtiéndolo en instrumento para el logro de los fines del parásito. En efecto, son capaces de convertir a sus hospedadores en verdaderos esclavos zombis que terminan haciendo actividades que le son dañinas o los ponen en grave riesgo, todo para beneficiar al parásito. Esto lo logran adueñándose de la mente de sus hospedadores.
Sí, aunque parezca ciencia ficción no lo es, los parásitos llegan a desarrollar la capacidad para controlar la mente de sus hospedadores y que estos hagan actos en contra de lo que sería su comportamiento normal. Y esto no es algo que ocurra solamente en seres vivos con poca capacidad cerebral como los caracoles infectados con parásitos que se ofrecen para ser devorados por los pájaros. Estudios recientes muestran que los seres humanos infectados con el protozoo causante de la toxoplasmosis, tienden a realizar actividades riesgosas que no harían normalmente. La lombriz de Guinea forza a los portadores humanos a sumergir sus piernas en el agua buscando alivio con lo cual facilitan la reproducción del parásito. También hay evidencias que apuntan a una relación entre las conductas adictivas y obsesivas típicas de las enfermedades del siglo XXI con el desbalance en la composición de nuestra microbiota intestinal.
Esta última característica del parásito es aún más reveladora que la anterior, es decir casi todos de una manera u otra sabemos que los parásitos hacen daño y nos enferman, aprovechándose de nosotros para subsistir y reproducirse. Pero seguramente desconocíamos esta última propiedad, la de poder controlarnos y ponernos a realizar actividades que nos ponen en peligro solo para beneficiar al parásito.
Sin duda que este último elemento caracteriza muchísimo mejor a la acción de la burguesía venezolana y su capacidad para que hagamos cosas tales como el control de divisas, supuestamente para combatirlas y terminar beneficiándola mucho más.
El tercer elemento ya lo señalamos al comentar la lucha sin fin para expulsar el parásito y como este desarrolla contramedidas. A nivel social hemos visto la reacción violenta de la burguesía venezolana cada vez que se siente amenazada, como en el caso de las primeras leyes derivadas de la habilitante de Chávez del año 2000 que conllevaron al golpe de estado de abril de 2002, luego el sabotaje petrolero y el lock out patronal de 2002-2003, y las más recientes guarimbas luego de la derrota electoral en las presidenciales 2013 y la intentona fascista de la “salida” en 2014.
También la burguesía venezolana ha desarrollado estrategias de infiltración, haciéndose pasar por roja-rojita, y llegando a controlar al propio aparato estatal para que éste la favorezca. Lo más terrible es que ha sido tan eficaz en esta labor de infiltración y control que llegamos a pensar que sin ella no tenemos futuro económico. Por eso la integramos dentro de nuestras políticas públicas y nos sentamos con ella, la misma responsable de la gigantesca fuga de capital, para que supuestamente nos ayude a reactivar la economía que ella misma destruyó.
.Pero esto no solo ocurre a nivel de Gobierno, sino también a nivel de calle, con gente engañada, que cada vez que sufre de la escasez y del alza de precios, señala al Gobierno como culpable, cuando el culpable lo tiene al frente.
En síntesis, las características que definen la actividad parasitaria, de vivir a costa del daño a su hospedador, la simplificación estructural y funcional del parásito, el control incluso mental sobre el hospedador, las contramedidas violentas que toma para evitar ser expulsada y finalmente su capacidad de infiltración y disimulo, permiten afirmar que calificar a la burguesía venezolana como parásita, no es un recurso retórico, ni un adjetivo denigrante, es una caracterización absolutamente correcta.
1 ¿Qué hacer con el control de divisas en Venezuela? En http://www.aporrea.org/contraloria/a222996.html
2 López E., Nelson ¿Qué es el parasitismo? ULA, Facultad de Ciencias, Dpto. de Biología, Laboratorio de Protozoarios. En http://www.ciencias.ula.ve/biolprot/protozoo/parasito.html.
3 Existe un crústaceo Cymothoa exigua que devora la lengua de los peces y la sustituye por el mismo

A Maduro le han dado con todo. Sin Tregua. Y se queda !!

Rafael Febles
Resulta ahora, que todo el que defiende al Presidente es un jalabolas, lo que me llega a concluir que en Venezuela hay millones de jalabolas, cosa que no es nada extraña, dados los antecedentes de apoyo a la Revolución, al Chavismo en general y más aún y hoy día al ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, esto no es un decir y mucho menos una exageración, les voy a explicar porque.
Son varios los voceros que han acertado cuando confirman que al Presidente, le han dado más leña que a los bosques hoy convertidos en desierto, nunca jamás la mediática mundial ha estado acordando casi al unísono ataques desde todos los flancos posibles, lo curioso es que cada campaña desnuda el mismo guión y recibido las mismas ordenes lo que hace que afirmemos que al Presidente Eterno, por supuesto, a quien atacaron vilmente,tuvo espacios de tiempo en calma, entre otras cosas, por las derrotas que produjo su accionar y lo acertado de sus llamados al diálogo nunca respondidos por una oposición embarcada siempre en el proceso desestabilizador.
Al Presidente Maduro, desde el mismo día de su triunfo, ha recibido ataques despiadados y sin tregua alguna, solo a su triunfo, se soltó la jauría opositora con más de diez muertos y centenares de heridos, bueno lo que ha venido luego de este acontecimiento no lo vamos a repetir, todos lo conocen, lo cierto es que desde intentos de magnicidio, muerte de compañeros cercanos, Otaiza, Serra por vía de sicarios y terroristas, desaparición física de connotados emblemas de la Revolución como Carlos Escarrá, General Muller Rojas y otros. Todo atado a una feroz campaña de la burguesía criolla en alianza con factores bien identificados en el exterior, un año 2014, donde se intentó incendiar al país promoviendo la Salida del Presidente.
Ahora desde finales del año 2009 y principios del año 2010, el presidente Eterno, venía denunciando la aparición de la llamada "guerra económica", manifestándose con fuerza a partir del año 2015 hasta nuestros días, es decir no ha habido tregua en ningún momento, acompañada de guerra sicológica, y mediática que ha logrado digamos, paralizar momentáneamente parte del apoyo recibido por el chavismo en los últimos dieciseis años, que aunado a la falta de respuestas políticas adecuadas y en consonancia con la acción defensiva ausente, han logrado horadar la voluntad de muchos venezolanos y venezolanas.
No obstante, todo ello, el Presidente ha demostrado una paciencia inmune a todo ataque y no ha dejado un solo día de gobernar, haciendo lo que ha hecho, construyendo la vivienda un millón, aumentando los salarios, la Misión Venezuela Tricolor, convenios internacionales con países aliados, una Política Exterior digna de estudiarse, enfrentando al gobierno norteamericano y al pentágono que bajo ataques arteros como declarar a Venezuela "Una amenaza inusual y extraordinaria", lo que logró movilizar el pueblo con la recogida de más de diez millones de firmas, en fin todo un andamiaje desestabilizador que no ha logrado a pesar de los bajos precios del petróleo, originados igualmente por el Imperio, impedir la marcha del proceso bolivariano y desde esta tribuna escrita, apostamos a que los tiempos venideros serán de recuperación de los espacios perdidos y el renacimiento de la ideología chavista, humanista y revolucionaria.
Y si por señalar y describir esta situación, lo consideran un jalabolismo, entonces el pueblo venezolano con justificación y causa noble igualmente lo es. Adelante, después y quién será Maduro.

miércoles, 17 de febrero de 2016

La impunidad la iniciamos nosotros



Bernardo Ancidey

Aquella noche de abril de 2012 cuando abrazando un crucifijo perdonamos a los conjurados.

El día que dejamos que Carmona, Ortega, Peña, y sus francotiradores se escaparan.

La ley de amnistía de otro diciembre aciago perdonando a los golpistas.

El perdón a los paramilitares de la finca Daktari.

El no haber protegido al cacique Sabino y su familia.

El año que hemos dejado pasar sin saber del dirigente revolucionario Alcedo Mora.

Los centenares de dirigentes campesinos, obreros, comunales y políticos revolucionarios asesinados que no supimos proteger.

Cuando dejamos escapar a los Eligio Cedeño, Mezerhane y al resto de banqueros fugados.

Al anunciar una comisión y no crearla para averiguar si Chávez fue o no asesinado.

Cada vez que el sistema judicial nos convierta dos veces en víctimas, al prácticamente impedirnos la posibilidad de denunciar a nuestros victimarios.

Todos los días al permitir la insolencia de los bachaqueros de Petare y otros sitios, al lado de nuestros complacientes policías y militares.

Aquellas noches de elecciones en la Valencia opulenta, donde vi la muerte cerquita defendiendo los pocos votos de la revolución en la zona y ante la banda de fascistas drogados que nos esperaban para lincharnos, el PSUV solo nos dijo por teléfono que resistiéramos…

Ahora la derecha con su ley, volverá con sus fuerzas de choque fascistas moralizadas y sedientas de sangre. La nuestra.

Nos entregan en bandeja de plata. La pelea será en la calle.
“La impunidad de los delitos hace que estos se cometan con más frecuencia: Al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos”. Simón Bolívar

Ruido de Sables



Omar Gómez
El ruido que provocaron los sables al ser arrastrados por el suelo del Congreso chileno en el año 1924, fue una clara advertencia del descontento de los militares lo cual se tradujo en acciones concretas, gracias a estas claras presiones. De allí en adelante se habla del ruido de sables como un preludio a la intervención de los militares en Golpes de Estado o intervenciones directas. Venezuela no ha estado exenta de estos ruidos que han ocurrido a lo largo de su historia.

Luego del Golpe de Estado del 2002 y de los intentos de finales del mismo año, se ha vivido una estabilidad en ese sentido, sin embargo, algunos acontecimientos han puesto nuevamente en la palestra pública el tema del Golpe de Estado. Veamos.

El pasado domingo 14 de febrero, la Señora María Corina Machado publicó un aviso a página completa en el Nazional, en el que exhorta, palabras más, palabras menos, a un Golpe de Estado. Sin muchos eufemismos, María Corina le pide a los militares "…el establecimiento de un nuevo régimen democrático". Pero incurre también en el insulto, la infamia y la mentira cuando se refiere al Gobierno Nacional como un "régimen totalitario, vinculado con el crimen organizado y el terrorismo internacional ", para luego señalar más adelante, con total desparpajo que " se robaron la plata de la comida y de las medicinas, institucionalizando con ello la violación del derecho a la vida".

En medio de ese intento de sublevar los cuarteles, el día martes 16 de febrero fue aprobada en primera discusión el proyecto de Ley de Amnistía por la opositora Asamblea Nacional. Como bien señalaron los diputados patriotas, ese adefesio jurídico es una ley de impunidad. Y verdaderamente lo que desea la Derecha es que haya impunidad con respecto a los graves delitos que la Derecha ha cometido. Los verdugos se quieren autoperdonar.

Sin embargo, parte de la responsabilidad en el tema de la Impunidad la tiene el propio Gobierno Revolucionario ¿cómo es que después de todo lo dicho por María Corina, esta traidora siga libre? ¿cómo es que instigadores, conspiradores y traidores a la patria sigan en libertad?

El ruido de sables que auspicia María Corina, y que es secundado por señores como Miguel Salazar y Nelson Bocaranda entre otros, es un acto de verdadera impunidad, tan grave como la ley de impunidad que pretende aprobar la Derecha. Y no menos grave es la respuesta del Gobierno que se traduce en Silencio e Inacción.

Una vez más, solicitamos cárcel para quienes han delinquido, para quienes han sido corresponsables de los asesinatos ocurridos en las Guarimbas, para quienes auspician el paramilitarismo que asesina a diario a nuestro pueblo y que fue factor importante para que muchos de nuestros chavistas del barrio no pudieran votar el pasado 6 de diciembre. Esta exigencia no es nueva, ya en mayo del año pasado denunciábamos la grave impunidad que existe en el país (http://www.aporrea.org/actualidad/a208271.html)

La impunidad es un insulto a la Justicia y pone en riesgo nuestra credibilidad y a la Revolución misma ¿Alguien en este país duda de que el remitido publicado en el Nazional por María Corina es un delito? por menos que eso encarcelaron a muchos en la cuarta, acusándolos de Rebelión Militar

¿Alguien en este país duda de la responsabilidad de Capriles Radonski en las muertes ocurridas en las Guarimbas donde llamó a descargar el odio por perder las elecciones? ¿Alguien duda de la responsabilidad de Lorenzo Mendoza en la crisis de desabastecimiento programado y escasez inducida? Sin embargo, estos nefastos personajes siguen libres, impunes y burlándose de nuestra falta de autoridad.

¡ No más impunidad !


martes, 16 de febrero de 2016

¿Qué hacer con el control de divisas en Venezuela?


Bernardo Ancidey
Sin duda la papa caliente del tema económico venezolano. Sobre este tema se vislumbran distintas posturas, existiendo paradojas interesantes debido a coincidencias en la práctica a partir de posiciones ideológicas disímiles. Así entre los partidarios de su total eliminación están junto a los neoliberales más rancios amigos de la libre flotación y que sea el dios mercado el que decida, connotados revolucionarios que lo ven como el engendro del diablo, por sus nefastas consecuencias en incrementar la fuga de capitales.



Ahora bien entre estos últimos hay de todo, desde los que coinciden con los neoliberales y abogan por mecanismos de libre flotación y los que optan por un control total de las importaciones, es decir que el Gobierno no le entregue dólares a la empresa privada y más bien haga las importaciones directamente.  No faltan las posiciones mixtas de aquellos que exigen mantenerlo pero mejorando los procesos de asignación para evitar el fraude y la fuga indiscriminada de divisas.

 Preguntas y respuestas
1.    Para resolver el problema hay que preguntarse primero para qué se crean los controles cambiarios en los países. La revisión tanto de las experiencias internacionales como de las ocurridas en Venezuela, establece con claridad que tales controles no son en modo alguno medidas “socialistas”. El error surge por la pervivencia en el pensamiento en muchos revolucionarios del Modo de Producción Asiático 2.0, el cual establece una errónea equivalencia entre control y socialismo. No hay nada de socialista en el control de cambios per se. El control de cambios ha surgido y surgirá cada vez que un país vea amenazado sus reservas internacionales por una fuga masiva e incontrolada de capital. Así en la historia de Venezuela vemos como esta medida ha sido tomada por gobiernos de derecha, tanto en sus formas dictatoriales como en la democracia cuartorrepublicana[1]. Y si nos adentramos en el período iniciado por el Comandante Chávez, este mantuvo la libre flotación de la moneda hasta febrero de 2003 viéndose forzado a implementarlo, es decir nunca fue una acción planificada por el Gobierno Bolivariano, quien para ese entonces hubiera preferido mantener la libre flotación de la moneda.

2.    Ahora bien dado que la fuga de divisas es una constante en Venezuela y en todos los países de la llamada periferia del capitalismo, la segunda pregunta es por qué se implanta en determinados momentos y no es permanente. La respuesta hay que buscarla en los diferenciales entre los ingresos del país y la fuga de capitales, así cuando los primeros son lo suficientemente grandes para compensar la segunda, no hay necesidad de imponerlos. En caso contrario, como lo ocurrido en 2003 la necesidad se caía de madura. Por otro lado, hubo momentos como en el año 2008 que se pudo desmantelar el control de cambios, dada la bonanza económica y como lo aseguraban funcionarios de CADIVI, prácticamente se entregaba todo lo que se pedía y no existían solicitudes de divisas pendientes.

Los controles de cambio suelen ser medidas temporales, y esta es tal vez la característica destacada del control de cambios en Venezuela, su institucionalización como mecanismo permanente de control, bajo el supuesto de impedir la fuga de divisas. Lamentablemente y como suele pasar con este tipo de medidas, ellas mismas se convierten en potenciadoras de los problemas que esperaron controlar si no se acompañan de programas dirigidos a atacar a fondo las dinámicas que los generan.

Los efectos indeseados no son un fenómeno raro, lo raro es que no se den cuenta. Ellos son el resultado del pensamiento lineal típico de nuestro gobernantes de ayer y hoy, que aspiran resolver los problemas sociales con medidas inmediatistas de gran impacto mediático, pero que inexorablemente generan efectos “colaterales” peores que los que se pensaban combatir. Piensen por ejemplo en el uso de militares para cerrar la frontera con Colombia. En principio una sana medida, pero al prolongarla en el tiempo y sin aplicar un plan para atacar los problemas de fondo, pronto 70 oficiales militares y 132 efectivos de la policía del Táchira, como lo denunció el Gobernador[2] de esa entidad, se han visto involucrados en los delitos fronterizos que debían combatir.

La falta de lluvias y su efecto en la producción de energía eléctrica es otro ejemplo: se intenta reducir la dependencia del complejo hidráulico del Guri a costa de incrementar la producción por plantas termoeléctricas, principales emisores de gases de invernadero y factor de incremento del calentamiento global, que a su vez genera el cambio climático responsable de…..la falta de lluvia. Tal vez la educación, el control y seguimiento a los grandes consumidores, el uso de tecnologías menos demandantes de electricidad, el desarrollo de arquitectura acordes a nuestro clima y un uso más intensivo de fuentes alternativas y  amigables con el ambiente, sean formas más benignas que el camino actualmente elegido.

3.    Conformándonos con las soluciones inmediatas terminamos agravando los problemas. La burguesía parasitaria hoy como antes con RECADI y la OTAC, redescubrió que el mejor negocio de este país estaba en la especulación con el dólar asignado por CADIVI y luego por CENCOEX. De los detalles  acerca de los mecanismos de la fuga de capitales por esta vía ya hemos escrito en otro artículo[3], lo importante ahora es intentar darles respuesta a la tercera pregunta acerca de cuál es el objetivo de mantener el control de divisas. Evidentemente seguir creyendo que el control de cambios en las condiciones actuales se evita la fuga de divisas, es una inocentada de marca mayor.


Las opciones
Control total de las importaciones
Simpatizo por tanto con la idea de los amigos que sostienen la tesis de que sea el Gobierno quien realice las importaciones de lo que necesitamos y que la burguesía importadora vea de donde va a sacar los dólares para sus compras, lo que implicaría en la práctica un sistema dual con libre flotación para la empresa privada y uno controlado para las compras públicas o de empresas socialistas y comunales. Estaremos felices si los burgueses deciden traer sus divisas de las inmensas fortunas atesoradas fuera de Venezuela. Pero no creo que ese sea el caso.

Aunque el control sobre las importaciones podría contribuir a la extinción de la burguesía parasitaria venezolana, tiene una dificultad de orden práctico y es que si no logramos ejercer una supervisión efectiva sobre nuestros administradores públicos en Bicentenario o CVAL, ¿cómo garantizaremos que este ente importador no se convierta en una fuente de corrupción aún mayor que todo lo visto en el país hasta ahora? Imagínense al funcionario venezolano responsable por la compra poniéndose de acuerdo con proveedores internacionales para hacer lo mismo que hace la burguesía parasitaria, sobrefacturarnos, traernos menos de lo acordado, o de inferior calidad, a cambio de sobornos en divisas en paraísos fiscales. En poco tiempo tendríamos una casta de funcionarios tal vez más ricos que cualquier burgués venezolano. Y si aún tenemos la suerte que la compra se materialice, ¿acaso no vivimos los problemas de gestión en las empresas venezolanas, comenzando por los puertos y luego siguiendo a todo lo largo de la cadena de almacenamiento y transporte hasta la ubicación final del bien o servicio importado? ¿Cuántas coimas o sustracciones no se producirán por parte de los funcionarios públicos y empleados a lo largo de la cadena hasta llegar al consumidor final, si es que llega algo? De modo que lo que en principio parece la mejor solución puede convertirse en nuestra peor pesadilla, con el agravante de que no podremos excusarnos en las malas mañas de la burguesía importadora.

No está de más recordar que pese a estas advertencias, se han tenido experiencias exitosas de importación y venta directa por parte del Estado de mercancías, como la realizada durante la gestión de Eduardo Samán en el Ministerio de Comercio, durante la cual se importaron y vendieron juguetes a precios justos. Las lecciones obtenidas en este y otros casos pueden servir de fundamento para mejorar estos procesos y hacerlos sostenibles en el tiempo.
 
Mejoramiento del control de divisas
El mismo problema de gestión se presentará con el caso de mantener el control de cambios pero haciéndole mejoras, las cuales son absolutamente posibles. Esta propuesta no resulta tan revolucionaria como la anterior porque permite la subsistencia de una parte de la burguesía importadora. Ahora bien está deberá pasar por filtros que permitan determinar si su actividad agrega valor a la economía venezolana y no sean simplemente otras “ensambladoras” de productos o servicios extranjeros. En todo caso esta opción puede ser utilizada para “suavizar” el paso de un sistema capitalista a uno socialista, reduciendo el parasitismo burgués y potenciando otras formas de producción estatal y colectiva.

Para que estas propuestas funcionen es necesario realizar las siguientes acciones, las cuales son conocidas por lo menos desde hace cinco (5) años por los Despachos de Industria, Comercio, Economía y Finanzas, Planificación, BCV y CENCOEX y antes por CADIVI:

·         Elaborar un presupuesto anual de divisas, donde se establezcan las necesidades reales al detalle de la sociedad venezolana y los recursos que se destinarán para la misma. Es evidente que esto debe estar atado a los programas de desarrollo, para disminuir o eliminar rubros que pueden ser elaborados en el país.

·         Creación de un Comité Estratégico de Divisas, con personal dedicado en exclusividad a estas funciones, que elabore el Presupuesto Anual de Divisas y que entre sus funciones esté la supervisión, a nivel macro, de todo el proceso de administración de divisas coordinando las instancias de control y seguimiento del organismo de cada ministerio u organismo.

·         Establecimiento de una base de datos con precios referenciales internacionales de los productos y servicios a importar. Esto serviría para estimar y hacer los ajustes correspondientes e incluso para convocar a subastas públicas a los proveedores internacionales. A su vez, tendría un efecto de disminución de los precios, por que obligaría a la puja entre los proveedores por ofrecernos mejores condiciones si nos perciben como compradores serios. Esto puede acoplarse a un sistema único de medidas para estandarizar las medidas con la información aduanal.

·         Establecer mecanismos de control y seguimiento automatizados de los bienes, haciendo uso de las nuevas tecnologías, hasta la ubicación final de las mercancías. En particular provocar una reingeniería en los procesos aduanales y portuarios, que hoy día conspiran a favor de la corrupción, la escasez y los altos precios.

·         Interoperabilidad de los sistemas informáticos de todos los entes gubernamentales y privados (bancos) involucrados, desde el análisis de las necesidades  y recursos disponibles, pasando por el cumplimiento de las normativas vigentes hasta la logística que asegure la incorporación real en la economía venezolana. Esto haría que la administración pública funcione sin papeleo e integrada y no de manera fragmentaria y aislada como ocurre actualmente, donde cada ente actúa individualmente saboteando el interés global de la sociedad venezolana. Con estos datos fácilmente se puede disponer de un Expediente Único por Empresas a nivel de Estado, que muestre sus estatutos y accionistas (SAREN-SAIME), situación legal (cumplimiento de obligaciones SSO, INCES, BANAVIH, MINPPTRASS y otras), fiscal (ISLR e IVA por el SENIAT), aduanal (SENIAT) e históricos de solicitudes de divisas en montos y unidades. Esta información permitiría la existencia de un Registro Único de Empresas y la posibilidad de otorgar una solvencia única por empresa facilitándole a los emprendedores colectivos y privados el cumplimiento de sus obligaciones legales de manera expedita. Un beneficio adicional no menos importante, es que estos sistemas permitirían la contraloría pública de los procesos, permitiendo hacerle seguimiento a cada divisa utilizada y a cada gramo importado al contar con registros y estadísticas confiables y en tiempo real. Los estudios realizados para el caso de importaciones ordinarias muestran que se puede obtener una reducción de papeles de 86 exigidos actualmente a solo 23 y con posibilidad de seguir reduciéndolos y en el caso de la verificación aduanal de las mismas, que en promedio tardan 45 días pueden reducirse a solo 9 días.

·         Fortalecimiento de la capacidad de análisis de los funcionarios y el desarrollo de sistemas expertos y bases de datos técnicas para la toma de decisiones. Es aterrador ver a profesionales en ministerios y otros entes públicos, trabajar prácticamente con las uñas por no contar con mecanismos que le permiten realizar análisis en profundidad de la realidad económica diaria, siendo forzados muchas veces a trabajar con las cifras maquilladas que le presentan los propios empresarios o sus cámaras.

·         Uso del asignación automática de casos de expedientes por analistas responsables de los análisis de solicitudes, de forma aleatoria, con doble verificación y flujo de trabajo automático en caso de discrepancias.

·         Revisión e integraciones de normativas, tales como providencias, instructivos y manuales para ajustarlos a los nuevos procesos.

Para el manejo de divisas no destinados a importaciones existen también un conjunto de mejoras posibles, como las asignadas para viajes o estudios, pero dado que sus montos son significativamente menores, prefiero no tratarlos en este artículo.

Aunque las dos propuestas son viables y no contradicen una estrategia dirigida a la construcción de una sociedad socialista, ambas presentan la misma debilidad práctica. Jamás serán viables si mantenemos las mismas prácticas nefastas y anti-revolucionarias con la cual hemos manejado la generalidad de la administración pública venezolana. Es decir despreciar el conocimiento técnico y  colocar en los cargos a nuestras esposas, compañeros de la cohorte militar o amigotes de la infancia, sin tener los méritos o la capacidad para ejercerlos, confundiendo cargos de confianza con cargos íntimos. Tampoco si insistimos en la falta de planificación, los enroques de la misma gente incapaz, la irracionalidad del gasto, el exceso de papeleo, la ausencia de automatización, la disolución de los equipos y proyectos por ser de la “gestión anterior”, los trámites engorrosos y la no rendición de cuentas, todas las cuales generan las condiciones ideales para que aparezca la corrupción.

La fuga de capitales aún con un control de divisas como el señalado puede seguir existiendo por otros medios como el contrabando o lo servicios de la deuda. De modo que aún superando las deficiencias éticas y organizacionales anteriores, el control de cambios por sí solo es insuficiente, es solo una parte del problema, y por eso no puede verse de manera aislada, sino integrado a los evidentes procesos de construcción de una sociedad socialista y no dentro una simple mejora socialdemócrata.

Las dos propuestas presentadas, se enmarcan precisamente dentro de esta opción, afirmamos que el control de cambios per se, no es una medida socialista, pero es evidente que puede y debe ser utilizado en función de una estrategia que liquide a la burguesía parasitaria nacional. Que por otra parte es la única que existe.





[1] Convenio Tinoco en 1943, el control de cambios entre 1960-1964, el tristemente célebre RECADI 1983-1989 y luego la Junta de Administración Cambiaria (JAC) y Oficina Técnica de Administración Cambiaria (OTAC), desde junio de 1994 hasta abril de 1996.
[2] Vielma Mora destaca avances de medidas de seguridad en la frontera colombo-venezolana en http://www.vtv.gob.ve/articulos/2016/01/20/vielma-mora-destaca-avances-de-medidas-de-seguridad-en-la-frontera-colombo-venezolana-3697.html.
[3] ¿Caerá el Gobierno venezolano en las “conchas de mango” de la Polar? En http://www.aporrea.org/ideologia/a222353.html también en http://patriayautogestion.blogspot.com/2016/02/caera-el-gobierno-venezolano-en-las.html